La violencia nunca es inesperada.

La violencia nunca es inesperada.

“Nadie se preguntó siquiera si Santiago Nasar estaba prevenido, porque a todos les  pareció imposible que no lo estuviera”.

Crónica de una muerte anunciada

Este año, la memoria de dolor de Francia se ha despertado. El 7 de enero y el 13 de noviembre el suelo galo -y su población- ha recibido los más grandes ataques masivos que haya habido en el territorio europeo, desde la Segunda Guerra Mundial. Muchas personas han considerado que estas acciones han sido un brutal salvajismo.

Todo empezó con el ataque al semanario satírico francés Charlie Hebdo, que desde su fundación en 1992 se burla de los políticos, la clase alta, las celebridades y la religión (incluyendo católicos, judíos y musulmanes). El 2 de noviembre del 2011 Charlie Hebdo anunció que “Mahoma era el editor invitado” (caricatura incluida).Luego, sus oficinas fueron atacadas con bombas incendiarias.

En el 2012, representantes del gobierno pidieron a los editores de la revista que no publicaran más caricaturas ofensivas de Mahoma. Cuando la publicación ignoró la solicitud, Francia cerró embajadas, consulados, escuelas y centros culturales en más de una docena de países musulmanes, para evitar consecuencias fatales.

Históricamente, Francia ha salido a dar la cara por todos. En un tiempo, tal vez esto fue necesario, pero yo me pregunto ¿continua siendo menester hoy día? Stephane Charbonnier, el editor de Charlie Hebdo, durante años había sido amenazado de muerte. En el 2013, su nombre figuraba en una lista de blancos potenciales en una revista de al Qaeda. En ese entonces, un periodista de la revista dijo que ellos querían reírse de los fanáticos extremistas. Charbonnier vivió protegido policialmente hasta el día de su asesinato en enero pasado.

El historiador y periodista polaco Ryszard Kapuscinski dijo: “Si de entre las muchas verdades eliges una sola y la sigues ciegamente, ella se convertirá en falsedad, y tú en un fanático”. El término «Fanático» proviene del latín fanaticus, que viene de la palabra fanum que significa «santuario». Los vigilantes nocturnos que velaban celosamente estos templos serán llamados fanáticos. Con el tiempo, el término empezó a relacionarse con los adeptos exclusivos de un templo, santuario o divinidad.

A lo largo de mi ejercicio profesional, debo confesar que he tenido que lidiar con algún que otro seguidor intolerante, sin embargo, casi siempre he logrado salvar las diferencias que nos separaban. La excepción se cumplió con alguien a quien llevé a la iglesia, y terminó pensando que la amistad conmigo amenazaba su relación con Dios. Su incapacidad de sostener una conversación para poner final a más de dos décadas compartidas, le otorga la razón al psicólogo Carl Jung cuando dijo que el fanatismo es una sobre compensación de la duda.

El pasado viernes 13, los parisinos sufrieron seis atentados coordinados. La BBC mundo reportó al menos 129 muertos y más de 350 heridos, en lo que llamó una noche de horror que tomó desprevenida a la capital francesa. El estado Islámico reclamó la autoría de los hechos que empezaron en el bar Le Carrillon, luego en el restaurant Le Petit Cambodge,y la terraza de la pizzeria La Casa Nostra. Al mismo tiempo, otros ataques ocurrían en el bistro La Belle Equipe, y en el teatro Bataclan donde tocaba la banda Eagles of Death metal.

El cineasta Alejandro Jodorowsky dice que los fanáticos defienden a su Dios como si se tratara de un viejo inválido ¿Qué clase de Dios necesita que lo protejan? ¿Qué tipo de fe debe imponerse con métodos extremistas? En “Crónica de una muerte anunciada”, la célebre novela de Gabriel García Márquez, se relata la historia de dos hermanos que declaran en reiteradas ocasiones su pretensión de asesinar a un joven de la ciudad, pero no los toman en serio. Cuando el asesinato ocurre, toda la ciudad es cómplice.

Según el diccionario, cómplice es la persona que sin ser autora de un delito coopera con su perpetración, con actos anteriores o simultáneos al crimen. En ocasiones, acusar a otros es la manera infantil que tenemos para sentirnos inocentes. Francia ha tenido un largo historial de amenazas y violencia, generalmente minimizadas. En repetidas ocasiones, los extremistas habían advertido sus intenciones clara y contundentemente. La violencia raramente es inesperada.

Todo ocurre con propósito. ¿Te has preguntado que nos dice la vida con los hechos en Francia? ¿Y qué si Dios nos está extendiendo una invitación a amar? Como dijo el Escritor y diplomático francés Paul Claudel: “La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros”. No sé tú, pero lo mejor que hay en mí no es el juicio ni la condena. Elijo verlos a todos con el mismo amor.

 

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