La Virgen de la Altagracia y la crisis

La Virgen de la Altagracia y la crisis

POR SANTIAGO DE LA FUENTE SJ
El otro día estaba en la Basílica de Higuey, y me encontré con un grupo de devotos que se pasó un largo rato rezando, intercediendo ante la Madre de Dios, la Virgen de la Altagracia. Besaron el cuadro y se pusieron a rezar luego ante el sagrario, diciendo:

“Señor Jesús, fuñidos. La situación está muy mal, el ciclón ya pasó, pero dejó al país destruido y el nuevo gobierno se las va a ver muy mal. Por eso fuimos donde tu Madre, a pedirle que nos consiguiera que tú, el todopoderoso y salvador, el dios del artículo Super 55, nos arreglara lo de la crisis. Y ella nos dijo: «Hagan lo que Él, Jesús, les diga».  Así que aquí estamos para recoger los papeles firmados, con tu promesa de que Tú, el todopoderoso, vas a resolver ya la crisis”

    Y el señor Jesús les dijo: “No hay problema, concedido. Pero vamos a hacer como en Canaán, donde les faltaba vino, y mi madre también me pidió ayuda. En aquella ocasión, para poder ayudarles les pedí que me trajeran agua. Me trajeron 12 vasijas de agua y se las convertí en vino.  Si me hubieran traído 20 les hubiera convertido en vino las 20”.

 “Este caso es más difícil, para resolver la Crisis del país, para no hacer marionetas o robots de la gente, hay que tener en cuenta el respeto debido a la libertad de todos los dominicanos. Yo el Dios Yavé, no tengo el artículo super 55, ni el 55 de vuestros presidentes y tantos conciudadanos vuestros. Yo soy Yavé -«soy el que soy»-. No soy medalaganario y no discrimino, ni amparado en una seudo misericordia y una aparente legalidad, que complace hoy y no bendice mañana”.

    “Pero estoy dispuesto a ayudarles. A ustedes no les pediré que traigan agua, sino que traigan aquí  los talentos que les di (10, 7, 5 o 1 talento), para que fueran bendición para Uds., sus familias, sus con-ciudadanos. y los que se crucen en su camino. Traigan las vasijas de sus talentos, llenas del agua limpia de una voluntad sincera y coherente. Y mi bendición hará el milagro.”

    Y el grupo de rezadores e intercesores le preguntó: “ ¿Cuáles los talentos que nos diste, que ahora no nos acordamos?”

    Y el señor Jesús les dijo: “Los personales y los profesionales. Pero los más importantes son los talentos personales, sin ellos no pueden florecer adecuadamente los profesionales, ni ningún otro.

Y ellos le volvieron a preguntar:  ¿Y, cuáles son esos «talentos personales», que dices que son tan im-portantes, y que dices que te ayudarán a hacer el milagro de solucionarnos la crisis?”

    Y el señor Jesús les recordó : “Vuestra capacidad de daros cuenta de la realidad, incluida la los múltiples apagones que os afligen (económicos, judiciales, en la salud pública, desgobierno, etc), y por los que estáis ante mí. Vuestra inteligencia para relacionar las causas y las consecuencias de los mismos, y actuar con racionalidad, y coherencia para disminuirlos ahora y evitarlos en el futuro, con previsión y solidaridad. Y así vivir en la verdad, llamando a las cosas por su nombre, y no llamando ni teniendo como amigo al cómplice, ni inteligente al mafioso. El conocimiento de la verdad les hará libres, si la ponen a trabajar. Si no, les vendrán tiempos peores”.

    “Vuestra memoria, para retroalimentar el presente, si realmente no quieren seguir cayendo 70 veces 7 en los mismos hoyos. Y para eso exigiendo responsabilidades a los causantes de los males nacionales. y no dar impunidad a los culpables, eternizando los problemas y pasando la factura a los “sin compadre”, como en el caso de Baninter y tantos otros”. Vuestra conciencia, que os recuerda

siempre, si no la habéis embotado -por compadreo, o por egoísmo satisfecho-, que debéis hacer el bien y evitar el mal, ser bendición, y no perjudicadores, ni por omisión.

    “Vuestra libertad, la capacidad para elegir entre las varias alternativas de cada situación. La que mejor satisface el bien mayor del individuo, y de la sociedad de la que forma parte. Y esto tanto en el presente, como  también en el futuro. Aquí también, el que no elige el bien sostenible –como uds. dicen ahora-, deforesta, hace un desierto y un infierno de la convivencia nacional, como uds. tienen experiencia”.

 “Así pues, traigan esas vasijas, los talentos que le di al nacer -para poder afrontar con eficacia creciente los retos de la realidad de cada día- llenas del agua limpia de un trabajo y una voluntad sincera, y haré con vuestra crisis nacional un milagro parecido al  que hice en Canaán”.

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