Detrás del rápido y auspicioso estreno del Presidente Danilo Medina en la complicada diplomacia internacional, subyace la visión experta del Canciller Carlos Morales Troncoso, ratificado sabiamente por el mandatario  como titular del Ministerio de Relaciones Exteriores, no solo por sus condiciones de aliado y líder del Partido Reformista, sino en virtud de su vasta experiencia mundial, que lo ha convertido en un auténtico hombre de Estado. Solo el dominio de las relaciones exteriores que exhibe Morales Troncoso, de estrechos contactos en Washington y los centros del poder mundial, ha hecho posible que el Presidente Medina agotara prontamente un turno privilegiado en la Asamblea General de la ONU, y la reunión de trabajo con  el secretario general Ban Ki-Moon; asimismo,  que el Presidente Barack Obama, y su esposa Michelle, sirvieran de anfitriones a la pareja presidencial dominicana en Nueva York,  así como el amplio encuentro que sostuvo el Jefe del Estado dominicano con la Canciller estadounidense Hillary Clinton, el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, ejecutivos del BID, la CEPAL y otros organismos multilaterales.

Tan acertada considero la ratificación de Morales, que creo improbable que un nuevo ministro hubiera emprendido con la precisión requerida la primera gira al extranjero del Presidente Medina. La vida pública de Morales empezó al lado del doctor Joaquín Balaguer, bajo cuyo mando ocupó, entre otras funciones,  precisamente la de Canciller y Vicepresidente de la República.

Debido a sus ingentes esfuerzos, Morales Troncoso, a quien solo  falta la Presidencia de la República para completar su voluminoso currículo, encaja perfectamente en el criterio de hombre de Estado que propugna Henry Kissinger: “un individuo con una visión clara del interés nacional, capaz de promoverlo en el contexto internacional adecuado y de procurar ciertos márgenes de estabilidad”.