Cuando el doctor José Miguel Surún Hernández, presidente del Colegio de Abogados de la República Dominicana (CARD), declara que la organización de las elecciones por parte de la Junta Central Electoral (JCE) se ajusta a la ley y ha sido manejada en forma transparente, ¿habla en representación de todos los miembros de ese colegio profesional? ¿O debió aclarar, algo que no hizo, que actuaba  a título personal cuando se presentó a la sede del organismo  a felicitar a sus miembros por la labor que han desarrollado para el montaje de los comicios del próximo domingo? ¿Comparten los miembros de ese colegio la opinión de su presidente de que se ajusta a la Ley Electoral el escrutinio electrónico  que el presidente de la JCE, Roberto Rosario, se ha empecinado en imponerle a los partidos ¿O también debió aclarar que hablaba a título personal?  Esas y muchas otras preguntas han pasado por mi cabeza desde que recibí el documento enviado a los medios por la Convergencia Nacional de Abogados (CONA), en el que restan calidad al doctor Surún para ofrecerle ese espaldarazo a la JCE en nombre de los abogados y abogadas colegiados. Y  deploran que con ese gesto el presidente del Colegio de Abogados haya asumido  la representación de más de cincuenta mil colegiados, sin haber consultado a uno solo de sus miembros. “Condenamos que Surún haya pretendido desconocer el derecho que tenemos miles de togados de no confiar en la imparcialidad del presidente del organismo electoral”. ¿Tiene fundamento la queja  del Cona? Habrá que escuchar la campana del doctor Surún Hernández, quien de seguro no ignora que esa visita, y lo que allí dijo, no cayeron bien entre la gente que le ofreció su apoyo político para alcanzar la presidencia del CARD.