La volubilidad de las masas en política

La volubilidad de las masas en política

Al repasar los diarios de circulación nacional publicados al mes de agosto del año 2012, nos encontramos con titulares donde señalan que la mayoría de las encuestas, tanto de firmas nacionales como internacionales, situaban la gestión del Dr. Leonel Fernández en un 70% de popularidad y la mayoría de los dominicanos reconocían su buena gestión de gobierno. Sin embargo, posterior a la salida del entonces Presidente Constitucional, se producen “manifestaciones” y “movimientos sociales” que varían considerablemente los resultados de esas mismas firmas encuestadoras.

A muchos pudiera parecernos extraño que un Presidente que a lo largo de su gestión al frente de “la cosa pública” y hasta el último día de su período de gobierno, gozaba de la aprobación de todo un pueblo y justo a partir del día de la entrega de la banda presidencial, se iniciaba un proceso de descrédito que trajo por resultado el declive de su popularidad en el plano nacional. Pero las razones de este irracional y variable comportamiento es simple y sencillamente el resultado de lo que muchos estudiosos de la psicología y la sociología conocen como “el comportamiento de las masas”.

Psicólogos de la categoría de Sigmund Freud, Gustave Le Bon, Alfred Adler y Kurt Lewin, les han dedicado muchas horas de estudios al comportamiento de los grupos colectivos o Psicologías de las Masas, donde fundamentalmente investigaron las razones de patrones de conductas individuales cuando contagiados por el comportamiento de los demás, se limitaban a repetirlo sin ningún cuestionamiento.

Los estudiosos de este fenómeno psicológico y social coinciden en el sentido de que existen características negativas que acompañan a este comportamiento colectivo, como son la inconsistencia, la falta de perseverancia, la exageración, la sugestibilidad y credulidad, la intolerancia y la volubilidad, además del bajo rendimiento intelectual, pues el individuo deja de pensar de manera racional y por sí mismo y es movido por el pensamiento colectivo donde predomina mas el sentimiento que el razonamiento.

Estas explicaciones explican el fenómeno ocurrido en nuestro país a partir de agosto del 2012, donde un Presidente finaliza su mandato con la aceptación de la mayoría del pueblo dominicano y le entrega el poder a su compañero de partido, el actual Presidente, Lic. Danilo Medina, el cual la oposición, a sabiendas que este último está impedido constitucionalmente a repostularse, inicia una campaña mediática para desmontar la popularidad de su virtual rival en las próximas elecciones.

Esa oposición utilizando “grupos sociales” y “organizaciones de la sociedad civil”, alguna de ellas con una clara inclinación política contraria al PLD, inicia un proceso de reclamos populares en contra de la pasada gestión de gobierno, tomando en numerosas ocasiones como punto de partida una demanda que la mayoría del pueblo apoyaba, como era la anhelada asignación del 4% del PIB para la Educación; logrando así que un reclamo noble y justo se entremezclara con un fin político, macabra y maquiavélicamente planificado, de descrédito de una gestión de gobierno que había recibido el elogio de toda la comunidad internacional y hasta ese momento la aprobación positiva de todo el pueblo dominicano.

Este plan complementado con un partido de gobierno con la errónea creencia de una desproporcionada rivalidad política entre sus dos grandes líderes, provocó que los seguidores tradicionales de Leonel Fernández no salieran en defensa de su obra de gobierno, muchos de ellos por el temor a enfrentar esas masas “intolerantes” y “volubles” y otros por la falsa creencia de que al defender la gestión del Presidente Fernández, los alejaría del entorno del Presidente Danilo Medina.

La realidad es que llevados por el “comportamiento de las masas”, un gran número de dominicanos no están valorando objetiva y racionalmente la gestión del pasado gobierno. Con seguridad este fenómeno social ha influenciado para que las masas populares actúen, piensen y hasta sientan sin valorar en su justa dimensión los logros económicos, sociales e institucionales del periodo 2004-2012.

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