La voracidad fiscal Impide sean bajados impuestos en el país

La voracidad fiscal Impide sean bajados impuestos en el país

POR ARTURO MARTÍNEZ MOYA
Lo que dijo el Director de la DGII, que si se reduce el impuesto sobre la renta a las personas y a las empresas, digamos a 15%, se desplomaría la economía fiscal, desaparecería la estabilidad del gobierno, no podría pagarse ni siquiera la nómina mensual de los empleados públicos, se trata de una declaración que no puede sustentar con los números y mucho menos con literatura.

Una declaración exagerada explicada por la desesperación de un gobierno que enfrenta la realidad del fracaso de su política tributaria al no lograr equilibrar impuestos y bienestar de la sociedad. Dijo que tiene un trabajo del BID que apoya su declaración, el que prometió publicar próximamente, y debe hacerlo cuanto antes porque lo que el Banco Mundial y el BID han escrito es totalmente diferente; con relación a los contribuyentes individuales, que el 40% de los dominicanos que tienen empleos remunerados no están al alcance de la DGII, recomendando desarrollar mcanismos para llegar a ellos y aumentar la recaudación, afirmación que puede leerse en la página 199 del Informe Sobre la Pobreza en la República Dominicana, publicado en el 2006.

Contribuye a la situación el complicado esquema impositivo que hemos tenido por décadas, y que en lugar de mejorarlo, el Presidente Fernández y el PLD se han encargado de hacerlo menos entendible y más difícil su cumplimiento con las revisiones de las escalas impositivas de septiembre del 2004, octubre del mismo 2004 y en enero del 2006, y que como resultado se tiene un aumento de la tasa promedio. Si además se toma en cuenta el incremento de los impuestos y de las tasas aplicadas a los diferentes productos y servicios que se comercializan en la economía, lo que ha aumentado el costo de vivir en República Dominicana, es razonable pensar que el porcentaje de ausentes haya aumentado en los últimos tres años, que supere el 40% de los Organismos Internacionales, y si se quisiera un indicador, bastaría con mirar el impresionante aumento del grado de informalidad en el mercado laboral en los últimos tres años. Para esos sectores la ausencia y la evasión fiscal son asuntos de supervivencia, y eso deben entenderlo el Director de la DGII y el Presidente Fernández.

No hay que ser experto del Banco Mundial, del BID, de la DGII, para entender que si se reduce la tasa del impuesto a las personas y a las empresas, se reduce de manera significativa el incentivo para estar ausente y para evadirlo, la base se amplia y la recaudación mejorara sensiblemente. En la actualidad el impuesto a las personas grava principalmente a la clase media, a los que no pueden evadirlo, a los empleados en el gobierno o en el sector privado. Si se varían las escalas, digamos para reducir el monto exento a fin de que sólo abarque a los quintiles 1 y 2 de la distribución del ingreso per capital anual y al mismo tiempo se establece una tasa de 15% a los quintiles 3,4 y 5, existiría suficiente incentivo para que se reduzca la ausencia y la evasión. Estableciendo mecanismos mínimos los trabajadores independientes, los ausentes, en una alta proporción pagarían ese 15%, y el sistema sería mucho más eficiente, equitativo y progresivo. En 2005 el impuesto sobre ingresos, incluyendo a las empresas, fue de RD$29,569.6 millones, pudiendo aumentar incluso más allá de 50% si se varían las escalas y se reduce la tasa promedio. Es decir, a diferencia de lo que dijo el Director del DGII y que el Presidente Fernández apoya, la revisión hacia abajo de la tasa de impuesto, en lugar de reducir el ingreso del gobierno por dos vías lo aumentaría: a) por la reducción de los exentos; y b) por la incorporación de trabajadores remunerados que están en la informalidad.

Las familias dominicanas no soportan los impuestos a los productos y a los servicios, y la reducción de la tasa del impuesto sobre la renta a las personas en promedio mejoraría el ingreso disponible, principalmente de la clase media. Si se combina con una reducción del ITBIS, para llevarlo al nivel del 2001 de 12%, el impacto sería más significativo. Cuando en el 2004 el Presidente Fernández y el PLD aumentaron el ITBIS a 16%, estaban conscientes de que penalizaban el consumo de las familias dominicanas, que cobraban la tasa más alta del Caribe y de América Central, similar a la tasa promedio de América Latina, incluyendo países mucho más ricos que República Dominicana. Sabían de la barbaridad que cometían en contra de los consumidores, parecería un contrasentido, porque las exenciones todavía son muchas, la verdad es que ahora la base del impuesto es más amplia, porque a la hora de la verdad, cuando el consumidor paga la cuenta, el comerciante cobra el ITBIS a los productos incluidos y a los no incluidos, sólo él sabe identificarlos. Eso lo sabe el Director del DGII y el Presidente Fernández, pero prefieren mirar para otro lado. El sueño que hemos tenido por tres años, que se ha convertido en una pesadilla para despiertos, terminará irremediablemente el 16 de mayo del 2008, cuando el P.R.D. y Miguel Vargas Maldonado como Presidente de los dominicanos tomen el poder. Falta poco.

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