“La Vorágine empresarial”

“La Vorágine empresarial”

Pedro René Almonte Mejía

Como un ciclón que se traga todo a su paso, por allí por donde pasa arrasa y no deja ni el rastro. La cúpula empresarial dominicana no se sacia con nada, come y come, hace la digestión y sigue comiendo. Los grandes empresarios dominicanos, además de monopolizar lo poco que se produce en este país, han encontrado en la clase política un gran aliado, que termina cediendo a las pretensiones sin límite de los empresarios que controlan realmente este país, que la gente común y corriente ni conoce sus caras y a duras penas tal vez ha escuchado alguno de sus nombres.

Desde 1930 hasta 1961 en este país solo había un rico y dueño del Estado, el Estado era él cual si fuera un Luis XIV cualquiera, y lo que producía el propio Estado también era de él, su familia y los acólitos que pululaban a su alrededor, en buen dominicano: “Los Lambones”. Rafael Leónidas Trujillo mantuvo una dictadura alrededor de treinta años, y mientras mantenía la Republica Dominicana a raya , donde los derechos y las libertades no existían ; también se fabricaban clavos , zapatos , ropa , la deuda externa que hoy anda por las nubes no existía y el tener un peso en el bolsillo era lo mismo que tener un dólar … imagínese usted , y que decir de la delincuencia , el único delincuente era él , luego de ahí nadie se atrevía a meterse a una casa a robar o atracar en las calles . Muerto el tirano, en 1962 se celebraron las primeras elecciones democráticas post dictadura, resultando electo Juan Bosch, derrocado a los pocos meses un 25 de septiembre (casi aniversario). Hasta ese momento no había ricos en este país, pero cuando las familias todopoderosas de hoy le echaron mano a todo lo que administraba Trujillo, la repartición de la piñata fue grande pero para unos pocos, y de generación en generación siguieron los mismos ricos, que hoy son familias honorables pero sus antepasados no hicieron más que usurpar lo que le correspondía al pueblo.

Esa vorágine que todo lo engulle, ahora le quiere echar mano a las empresas del Estado que todavía quedan sin privatizar. Entre Buenaventura Báez y Leonel Fernández  entregaron casi todo lo que le pertenecía al Estado o sea a todos los dominicanos… esa vorágine insaciable. ¿Y quieren más malditos?

“Detrás de toda gran fortuna siempre hay un crimen”. Honoré de Balzac.  

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