El llamado “Cantante de los Cantantes”, Héctor Lavoe, quien mañana cumple 21 años de fallecido, tuvo una vida muy tortuosa, aunque sumamente productiva a nivel de grabaciones.
La voz de “El Cantante” se apagó el 29 de junio de 1993 a los 46 años en el Memorial Hospital de Queens, Nueva York, a causa de un paro cardíaco, pero desde 1988 había sido diagnosticado con VIH, aparte de muchas tragedias familiares que marcaron su vida.
La calidad artística de Lavoe fue tan grande e imponente en los años 70 y 80, tanto en salsa como en bolero, que entre 1965 y 1988 (23 años) grabó aproximadamente 40 álbumes (11 con la orquesta de Willie Colón, 18 con Fania All Stars y 9 con su orquesta).
Carrera. A los 14 años Héctor cantaba en una banda en su país natal Puerto Rico por 18 dólares la noche, pero su sueño era cantar en Nueva York, hacerse famoso y hacer fortuna con su voz.
A la Gran Manzana llegó en 1953, con apenas 17 años, en contra de la voluntad de su padre, quien ya había perdido un hijo que había emigrado a la gran urbe, a causa de un accidente.
Después de trabajar como pintor, maletero, mensajero y conserje, se conectó con Russell Cohen, director de la New Yorker Band, con la cual en 1965 grabó su primer sencillo de 45 rpm: “Está de bala”.
Comenzó a tocar con bandas como la de Francisco Bastar Kako y sus All Stars, a través del cual conoció a su padrino artístico, el dominicano Johnny Pacheco, quien inmediatamente reconoció su talento artístico y poco después se lo recomendó a Willie Colón para la grabación de su primer LP: “El malo” (1967). En esa época comenzó su adicción a las drogas y a dejar de cumplir compromisos. Tuvo que someterse a varias rehabilitaciones.
Lavoe fue enterrado en Nueva York. Nueve años después sus restos fueron llevados a su ciudad natal, Ponce (Puerto Rico).