La voz del maestro

La voz del maestro

Hay momentos en que es preciso huir del morbo comicial y de las tantas noticias y denuncias que nos llegan cada vez más indignantes, oprobiosas, frustrantes dejando la impresión de que no hay escapatoria. Que estamos condenados a perder este país al que tanto amamos y le debemos tanto, prisioneros de unos agentes prepotentes que de él se han adueñado, de un gobierno y un partido que alardea de su seudodemocracia desquebrajada, contaminada, corrompida, carente de auténticos valores cívicos y morales tan distinto al ideal de que fuera su fundador, y nos recuerda los versos de nuestro insigne Poeta Nacional, don Pedro Mir: “Hay un país en el mundo/ colocado en el mismo trayecto del sol/ que no merece el nombre de país/. Sino de tumba, féretro, hueco o sepultura.”
En esos momentos de agobio, de pesadumbre, preciso es renovar la fe. Huir del “mundanal ruido” aun sea por breve espacio. Procurar una especie de sanación espiritual donde la esperanza vuelva a renacer. Tal fue la llegada de una invitación grata y esperada que nos llenó a todos de legítimo orgullo y satisfacción: Nuestro querido primer nieto, Marcelo, invita para que le acompañemos al acto de graduación XXXV de la Escuela de Altos de Chavón, un escenario distinto donde se respira optimismo, fe en el futuro, entusiasmo, compañerismo, belleza, amistad. Donde campean los valores éticos y espirituales que parecían esfumarse y son revividos con el firme compromiso de los graduandos y sus maestros, su magnífico rector, Stepen D.Kapian, que con palabras sabias los conduce a no desfallecer, a mantener vivo sus sueños, a ser cada vez mejores, sintiéndose capaces de enrumbar el mundo por nuevos senderos.
Acercarse a la Madre Naturaleza, protegerla y verla sonreír a pesar del cambio climático, la mano depredadora del hombre, la angustiosa sequía que no termina; contemplar el ancho mar con límpida mirada, libre de sargazos; la luna que asoma rodeada de estrellas que tremolan de emoción esa noche inolvidable, luminosa,que escucha con nosotroslas notas gloriosas de nuestro himno a la Patria: “Que Quisqueya será destruida pero sierva de nuevo jamás!” Y surgen autorizadas voces orientadoras de los invitados especiales que encarnan, con su carrera triunfal, el espíritu de los chavonistas.
Son los pioneros, los primeros egresados de ese prestigioso Centro Cultural Educativo, hoy figuras descollantes de la comunicación: el arte, el diseño, el cine la ilustración, la poesía. Juan Basanta, Alina Rancier, Marcel Beltrán, de verbo fluido, de estímulo y provocación retan y reaniman el espíritu de esa pléyade de jóvenes que recibe su diploma, y los aplausos y vivas de la alegre concurrencia. No podían faltar las palabras de gracia, nunca de despedida. La “Valedictorian” Nayibe Tavares Abel, a nombre de sus compañeros y compañeras graduandos, de esa excelente promoción, nos hace renovar la fe en el futuro. Atrás quedó la mugre.
La voz del Maestro retumba. Cubre todos los espacios. Es el llamando de la Patria a su pueblo:”¡Levántate y anda!“

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