La Voz del Paciente RD: ¿Centro de bioequivalencia o cooperación regional?

La Voz del Paciente RD: ¿Centro de bioequivalencia o cooperación regional?

Teresa Mártez

En los últimos días se ha mencionado la intención de crear en nuestro país un centro de evaluación de bioequivalencia para genéricos y biosimilares. A simple vista, la idea puede parecer atractiva: suena a soberanía científica, a independencia regulatoria, a progreso en el sector salud. Sin embargo, antes de aplaudirla sin análisis, creo que debemos detenernos a pensar con calma qué significa realmente un proyecto de esa magnitud y, sobre todo, si es lo que más necesitamos como país.

Un centro de bioequivalencia no es un laboratorio cualquiera. Requiere infraestructura de alta complejidad, equipos especializados, personal técnico con formación específica, cumplimiento estricto de normas internacionales y una inversión millonaria sostenida en el tiempo. Y más allá de eso, necesita un mercado lo suficientemente grande para justificar su existencia, algo que, siendo realistas, no tenemos ni en República Dominicana ni en la mayor parte del Caribe.

Por eso me pregunto: ¿vale la pena que cada país pequeño quiera tener su propio centro? ¿No sería más sensato unir esfuerzos y construir alianzas con países que ya cuentan con laboratorios acreditados y experiencia comprobada? En nuestra región existen centros reconocidos en México, Argentina, Brasil y recientemente Costa Rica ha dado pasos importantes en este campo. ¿Por qué no apostar a acuerdos de cooperación, reconocimiento mutuo o incluso participación compartida en proyectos científicos que nos beneficien a todos?

La ciencia y la salud no deberían ser territorio de competencia política ni de intereses particulares. Si el objetivo es garantizar medicamentos seguros, eficaces y accesibles, lo más lógico sería fortalecer nuestras agencias reguladoras, dotarlas de herramientas para reconocer estudios realizados en centros internacionales y destinar nuestros recursos a fortalecer la capacidad de evaluación y vigilancia local.

Crear un centro desde cero puede sonar como un logro político, pero si no responde a una necesidad real del sistema ni a un plan de sostenibilidad a largo plazo, corremos el riesgo de gastar mucho y obtener muy poco. 

Tal vez el verdadero avance esté no en construir solos, sino en construir juntos. 

Porque en salud, como en tantos otros temas, la cooperación suele ser mucho más poderosa que la competencia.

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