MAO, VALVERDE.- Este año encuentra a más de un millón de pobladores de las comunidades rurales de la Línea Noroeste sumidos en un total abandono, invisibles a los ojos de la sociedad, donde vivir significa sobrevivir.
La Línea Noroeste, que forman las provincias Valverde, Santiago Rodríguez, Dajabón y Monte Cristi, consta de 17 municipios, 18 distritos municipales, 103 secciones y 839 parajes.
El Instituto para el Desarrollo del Noroeste (Indenor) presentó un Plan Estratégico de Desarrollo contemplado a 10 años, que detalla las necesidades como causas fundamentales que impiden su progreso.
Monte Cristi es la provincia con mayor número de necesidades, seguida por Dajabón, Santiago Rodríguez y Valverde.
Según Miguel Andrés Betances, secretario ejecutivo de Indenor, las necesidades que frenan el desarrollo del Noroeste están clasificadas en 18 renglones, entre ellas agua potable en las comunidades rurales, infraestructuras escolares, ampliación y equipamiento de hospitales y clínicas rurales, medio ambiente, construcción de vías, puentes y badenes.
Más precariedades. Otras necesidades son la instalación y extensión del tendido eléctrico y paneles solares, mejorar sistemas de canales de riego y compuertas, apoyo al sector agropecuario, construcción y reparación de viviendas y fuentes de empleo.
Precisamente nos sentamos en una mesa de consulta con líderes de esas comunidades para ver cuáles eran sus necesidades y eso fue grandioso. Salieron a relucir constan desde las más notorias hasta las más simples. Hasta cuarteles policiales salieron a relucir como una necesidad urgente de las secciones y parajes.
Dijo que Indenor sometió un proyecto de RD$ 50 millones al Gobierno y solo le asignaron RD$2.75 millones en 2009, para 29 proyectos de capacitación y otras acciones de desarrollo, pero los recursos tardaron en llegar y es ahora cuando se está trabajando.
Para el presidente del Indenor, el obispo emérito Tomás Abreu Herrera, el objetivo del acuerdo con La Asociación para el Desarrollo, firmado a mediados de 2009, es poner en manos de las autoridades y la comunidad regional e internacional un instrumento de planificación que sirva de guía y pueda ser empleado por el Gobierno central, los gobiernos locales e instituciones que luchan por el desarrollo de la región.
Las claves
1. Lo que falta por hacer
Hay muchos proyectos comunitarios y de desarrollo, entre los que figuran escuelas, rehabilitación de caminos, programas de reforestación y huertos escolares, instalación de paneles solares, construcción de pequeños acueductos y facilidades para adquirir aljibes, becas estudiantiles y otros que están paralizados.
2. Ganas de avanzar
Monseñor Abreu Herrera observó que al trabajar con esas comunidades se percibe en la gente la fe y el optimismo, que aunque manifiestan su insatisfacción por la respuesta generada por el Gobierno o los gobiernos, siguen ahí, sin perder las esperanzas.
3. ¡Increible!
Cornelio de Luna, residente de la comunidad de Magdalena, Montecristi, explica que en esa comunidad, como en otras tantas, en pleno siglo XXI, en la mayoría de las viviendas no hay baños dentro sino fuera y que eso perturba su vida tanto cuando llueve como en las noches por el peligro que representa. Yo hablo por mi comunidad y así hay muchas por aquí, donde existe desolación en las calles, basura, abandono, y sin los servicios básicos de salubridad, es lo que se palpa en estos lugares consumidos en la miseria, donde nadie hace nada, manifiesta.