Aportando alrededor de un 85% de los bienes y servicios medidos anualmente como Producto Bruto Interno (PBI) la iniciativa privada dominicana sigue siendo, con la obvia participación del sector laboral a su servicio, el motor del crecimiento que en medio de las sombras de un mundo trastornado por una pandemia y la criminal agresión a Ucrania logra para el país una perspectiva de estabilidad y solidez económicas. En ese mismo porcentaje se generan empleos a nivel nacional con una acumulación de ahorros, y más exportaciones y consumos.
Puede leer: Colocan RD en grupo de países de gastos sociales inferiores
El Estado y las autoridades monetarias y financieras han dado permanencia desde los niveles macro a las condiciones favorables al protagonismo de los entes productivos con medidas que las calificadoras de riesgos elogian y consideran apropiadas para los retos inmediatos, lo que mueve a desear que la prudencia permanezca desde las decisiones del poder, a veces demasiado influidas por prioridades políticas y de coyunturas electorales.
La comunidad de naciones y potencias occidentales están en una confrontación en ascenso con Rusia por dar respaldo en varios órdenes a las víctimas de la invasión a un Estado soberano generándose represalias económicas recíprocas y globalmente trastornadoras. Las repercusiones son impredecibles y el país, su Gobierno y su área fiduciaria, deben planificar opciones para enfrentar lo que venga, cambiando el rumbo del endeudamiento hacia los fines desarrollistas de organismos multilaterales.