Lactar: un acto de amor!

Lactar: un acto de amor!

La lactancia materna ya no supone una cuestión de supervivencia. Por ello, la forma de criar a los recién nacidos se ha convertido en una elección libre para la madre que desee vivir en su cuerpo una experiencia única y dar a su hijo lo mejor.

Por lo que cabe destacar, que desde el punto de vista médico, son innegables los beneficios de la lactancia materna. Para el bebé, la leche de su madre contiene todos los elementos necesarios para un buen desarrollo, tanto en cuanto a proporciones de cada uno de ellos, como en los cambios que experimenta con el tiempo, adaptándose a las distintas etapas. Además, le aporta anticuerpos de su madre mientras se inicia el desarrollo de su inmunidad, especialmente en los primeros cuatro meses.

La OMS y UNICEF señalan que la lactancia “es una forma inigualable de facilitar el alimento ideal para el crecimiento y desarrollo correcto de los niños”.

Pese a ello, en las últimas décadas se ha observado una disminución del número de mujeres que amamantan a sus hijos, fenómeno relacionado con los nuevos estilos de vida, la incorporación de la mujer al mundo laboral, la gran influencia de la “cultura del biberón”, y por supuesto, no se puede dejar de mencionar, la ignorancia que aún existe sobre la importancia de la misma.

Pero como todo lo bueno de la vida conlleva sacrificios, Lactar: es un acto de amor. Requiere de mucha paciencia, cordura, disposición y pasión por lo que se hace. Mucho más si se sabe que la leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido. No sólo por su composición, sino también por el vínculo afectivo que se establece entre la madre y su bebé durante el acto de amamantar. En razón de que contiene todo lo que el niño necesita durante sus primeros meses de vida, la leche materna protege al bebé frente a muchas enfermedades tales como catarros, neumonía, diarreas, otitis, infecciones de orina, e incluso, prevenir otras patologías futuras como asma, alergias, obesidad, etc.

Añadiendo aún más ventajas, se puede decir que la leche materna es un alimento ecológico. No se fabrica, no se envasa ni se transporta, evitando así el gasto de energía y la contaminación del medio ambiente. Para la familia es un gran ahorro, pues la leche materna no constituye un gasto económico.

Pero siendo todo esto importante, es en el ámbito espiritual y emocional en el que la lactancia aporta mayores beneficios a madre e hijo. Es una experiencia a través de la cual se crean lazos entre ellos que durarán toda la vida, y que les ayudará en su desarrollo como personas. Produce momentos de intimidad entre madre e hijo que son insustituibles, el bebé aprende el tacto de la piel de su madre, su olor, su temperatura, se siente protegido y tranquilo mientras ella le sigue dando vida después de darle a luz. Las mujeres que amamantan a sus hijos pierden el peso ganado durante el embarazo más rápidamente, y difícilmente padecerán anemia, hipertensión ni depresión posparto. Y a pesar de todo esto,  ¿aún existen mujeres que no quieren lactar?

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