En la ganadería dominicana e internacional, se detectan problemas que nunca terminan, porque hay exceso de producción e inventarios en la Unión Europea, EUA, Australia y Nueva Zelanda, que son los países que dominan el mercado de lácteos. Todo comenzó cuando Rusia bloqueó el mercado de lácteos por problemas políticos con la Unión Europea y EU, con lo cual se dislocó el mercado de la leche de vaca, que representa el 83% de la leche mundial.
En el 2015 la producción de la Unión Europea aumentó sobre el 2% anual, que tradicionalmente la producción de leche crecía en el mundo a un 1% anual.
Sin embargo, las buenas condiciones ambientales, disminución de los precios en los granos y la energía eléctrica en los países desarrollados y el aumento de la leche en el 2014, estimularon a los productores de esos países, porque además recibieron apoyo financiero y se pensaba que el mercado no iba a saturarse como está ahora en el 2016. Por otro lado, el consumo de leche no se incrementó y por todos estos problemas se tienen mayores inventarios. Ese es el problema del mercado, que cuando hay mayor oferta que demanda, los precios tienden a bajar.
Desde luego, en este caso influyó el bloqueo de la leche de la Unión Europea, para que no llegara en forma normal a Rusia. Igualmente este último país también incentivó a sus productores de lácteos, que influye a gravar el problema.
Este exceso de producción estuvo influido por los altos precios registrados en el 2014, donde Oceanía, es decir, Australia y Nueva Zelanda, vendieron la tonelada de leche a US$4,607 y ahora en el 2016 la tonelada de leche en ese continente está a USD$1,795, según Manegonte. Lo mismo sucedió en Europa en el 2014, vendió la tonelada de leche a US$4,333, para bajar ahora en el 2016 a US$1,818. Es decir, que el aumento de los precios en el 2014 contribuyó a que los ganaderos en la Unión Europea y en Oceanía aumentaran la producción de leche en el 2015 y 2016.
Los precios de la leche en el 2014, favoreció a los productores nacionales, porque los procesadores de lácteos en el país subieron los precios al productor criollo, porque le era más barato que traer leche importada sobre 4,000 dólares la tonelada. Ahora sucede lo inverso en el país, que los procesadores al tener la tonelada de leche en el mercado internacional a unos 1,800 dólares, prefieren traerla de fuera. Gracias a las empresas grandes como Leche Rica, Nestlé, etc., que mantienen los precios, pero la mayoría de las queserías han disminuido sustancialmente el precio al productor.
Exponer soluciones en tan poco espacio como tengo en esta columna, es difícil; por lo que sugiero, continuar el diálogo entre los productores, el Ministerio de Agricultura y Conaleche, hasta encontrar una solución.