Por ROSARIO TIFÁ
HIGÜEY,  Bávaro .- El diseñador cubano Osmany Laffita deslinda con toda claridad las características de su estilo y se empeña  en destacar la exclusividad de su trabajo.

 “Lo que hago no es para todo el mundo”,  expresa en forma franca y sincera, para recalcar  que se trata de un trabajo que tiene limitaciones con respecto a precios y  estilos.

Dijo que como su ropa es visible  quien lleve un vestido de “Osmany Laffita no tiene una gota de temor de pasar por un lugar y ser vista”.

Un estilo que adoptó desde el inicio de su carrera en La Habana.

El glamour combinado con la extravagancia  son características que complementa su estilo en el marco de la alta costura.

Al resaltar el trabajo de sus colegas en la isla dijo: “la moda en Cuba gira todo en un conjunto de arte y sus diseñadores trabajan con lo que tenga en sus manos.

Indicó que trabajan magistralmente el lienzo, los estampados y pinturas  hechos por estudiantes de pintura de la Escuela de Artes, y  lo hacen perfectamente bien, me encanta”.

 El clima limita al diseñador cubano, contrario al caso de los europeos, dice. En Europa, donde ha  vivido desde hace más de 20 años, las estaciones están marcadas, relató.  Sostuvo que “el clima me permite usar pieles, los sobretodos, cosas que en Cuba jamás ningún diseñador podría hacer porque no está apta para ese estilo de vestuario.

 Cosas y cositas

Las presiones fueron fuertes para que algunos periodistas no cubrieran el desfile de moda celebrado en Paradisus Palma Real Resort, donde el diseñador presentó su colección. Pero triunfó la sensatez.

Hubo poca profesionalidad de los modelos que  no reunían en su mayoría, los estándares físicos ni profesionales… qué pasó ahí. El maquillaje, un desastre. Retraso de dos horas y media.  Había un salón con escasos invitados porque las expectativas era de más 150 extranjeros, entre luminarias que nunca llegaron. Se desconocen las razones. ¿Cuáles eran ellas? citaremos algunos de renombre:  Sharon Stone, Latoya Jackson, Antonio Banderas, Jennifer López, todo esto causó un avispero que el tiempo  se encargó de apaciguar.