Pekín. La apertura de la economía china es un elemento clave en su transición hacia un crecimiento menor pero más sostenible, al tiempo que se implementan reformas estructurales, consideró hoy la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
En el Foro de Desarrollo de China, que reúne a importantes empresarios y líderes locales estos días en Pekín, Lagarde destacó que el país asiático debe encontrar “un delicado equilibrio” entre conseguir un crecimiento más sostenible y avanzar en las “necesarias reformas”, según un comunicado publicado en la página web del FMI.
Tres políticas “imperativas” pueden ayudar a dirigir esa balanza, según Lagarde- la apertura, la reducción de la brecha entre pobres y ricos (y entre zonas urbanas y rurales), y la inversión en I+D. Estas tres claves, destacó la directora gerente, están recogidas en el nuevo Plan Quinquenal aprobado por las autoridades chinas la semana pasada y “ayudarán a China a conseguir un crecimiento de mayor calidad, más inclusivo y más sostenible” si son implementadas.
Este XIII plan quinquenal establece las políticas a seguir por el Gobierno entre 2016-2020, y busca un crecimiento económico de al menos un 6,5 % anual para doblar en 2020 el producto interior bruto (PIB) y la renta per cápita que el país tenía en 2010.
“Claramente, el plan articula la visión del presidente Xi del camino para rejuvenecer el país”, valoró Lagarde durante su intervención en el foro. La transición de la economía china, señaló la directora gerente, es “buena para China y buena para el mundo”, pero alertó de que, como en cualquier gran transición, el camino tendrá “sobresaltos».