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SOS, auxilio, socorro. Estas expresiones forman parte del llamado de residentes de Jimaní y zonas aledañas, como Boca de Cachón, donde cada habitante está bajo la amenaza de la crecida de los lagos Enriquillo y Azuei y el riesgo del brote de enfermedades por la insalubridad del Mercado Binacional que opera en Mal Paso. La crecida constante de estos dos lagos, uno dominicano y el otro haitiano, se está comiendo la tierra y está sumiendo las familias del lugar en una miseria casi absoluta.
JIMANI, Independencia.SOS, auxilio, socorro. Estas expresiones forman parte del llamado de residentes en este municipio y zonas aledañas, como Boca de Cachón, donde cada habitante está bajo la amenaza de la crecida de los lagos Enriquillo y Azuei y el riesgo del brote de enfermedades por la insalubridad del Mercado Binacional que opera en Mal Paso.
Las consecuencias negativas ocasionadas por ambos lagos ya impactan no solo a los más de 50 mil habitantes de esta provincia, sino a miles de turistas y comerciantes, así como al sistema de vigilancia y control fronterizo.
Lo que parecía un sueño para las 512 familias del distrito municipal de Boca de Cachón, la invasión del Lago Enriquillo en sus predios, ya es una realidad que los impacta. Decenas de familias se han visto forzadas a abandonar sus hogares, inundados por el lago.
«Además de los ganaderos y agricultores, ya las aguas penetraron las periferias de este distrito municipal», alertó el presidente del Concejo de Regidores de Jimaní, Rubén Darío Matos. Alertó que toda la provincia se encuentra bajo peligro inminente, tanto por el lago, como por la contaminación del Mercado Binacional.
Dijo que ya el ayuntamiento ha planteado al Presidente Leonel Fernández una solución alternativa al mercado, para ayudar a resolver el problema de salud de los comerciantes y clientes.
«Los casos de malaria y paludismo, así como la amenaza del cólera se han incrementado, por lo que hemos ubicado unos terrenos en la parte sur de Mal Paso, a 500 metros de la frontera, para reubicar el Mercado», precisó.
En tanto que el alcalde de Boca de Cachón, Fernando Cuevas, demandó que se cumplan las promesas de traslado del pueblo y asentamiento agrario. Recordó que los agricultores han perdido miles de tareas de tierras productivas, lo que ha dejado mal parada la economía de la provincia.
Sobre las dificultades que afectan a este municipio y a toda la provincia hablaron varios ciudadanos, incluidos comerciantes y dirigentes comunitarios, quienes dijeron estar cansados de promesas incumplidas.
Temen que por ser una provincia que aporta pocos votos sean olvidados y desplazados de sus hogares y tierras por las aguas del Lago. Entre las personas consultadas figuran Johnny Paulino, Joaquín Vargas, Neida Pérez, Kirsi Ortiz, Migdalia Cordero y Franco Iris Novas. También Benjamín Vólquez, del Ayuntamieneto de Jimaní, y Merejildo Novas, de la Asociación Agropecuaria Arroyo Blanco-Jimaní.
El gobernador provincial, Malcom Manuel Santana, dijo que el Gobierno ha hecho todo cuanto ha estado a su alcance para dar respuesta al problema y que ya fueron identificados y preparados los terrenos donde será trasladada toda la comunidad de Boca de Cachón.
Recordó que el Presidente Fernández designó una comisión para estudiar la situación y buscar soluciones. «A los ganaderos se les condonó una deuda de 32 millones y ya le tenemos ubicados otros terrenos».
Los residentes en Jimaní temen quedar incomunicado con los demás municipios y con Haití.
Zoom
Presidente, oiga
El párroco de la iglesia San José, de Jimaní, Toribio García, pidió al Presidente que preste atención a los municipios agobiados por las inundaciones y que se acelere el proceso del asentamiento. Que se cumplan las promesas.
Falta mucha voluntad
Los moradores se quejaron de que alegadamente se han utilizado más de RD$30 millones en un relleno de Jimaní a Mal Paso y en un desvío Jimaní-Boca de Cachón, lo que les resulta difícil de creer.
