Lago inunda y contamina zona de La Victoria

Lago inunda y contamina zona de La Victoria

POR LLENNIS JIMÉNEZ
LOMA DE FÉLIX (barrio Antonia), La Victoria.-
Rodeadas por una  laguna que expulsa hurones, ratones y sanguijuelas están las viviendas de  madera, zinc y hojalata de decenas de familias y muchos permanecen refugiados en casas de amigos y parientes, como consecuencia de los daños causados por la tormenta Noel.

Una sanguijuela mordió a dos niñas que se acercaron a la laguna, hijas de Quisqueya Matos y de Carmen Nelia, y también al pescador Pablo Hernández, quien cuenta que botó bastante sangre.

Dolores Barson tuvo que abandonar su casucha cuando luego de ser atacada por un hurón, encontró un sapo en su sala y para terminar de pasar peor, la crecida del manantial Valencia, la obligó a desalojar el techo que construyó hace cinco años.

Sin más opción que regresar a la orilla de la laguna, en esta parte de Santo Domingo Norte la ayuda oficial que recibió la comunidad fue entre siete y 15 planchas de zinc  por familia, y madera para reconstruir las paredes de tabla y los techos.

Los que no obtuvieron los materiales suficientes para la reparación tienen la esperanza de que se produzca una segunda visita de las autoridades del gobierno, para volver al lugar de donde el agua los sacó.

La queja es general. Alfredo González y Epifanio (Rafael) Medina Medina exponen el descontento de los demás en Barrio Antonia:  “Aquí nadie ha traído nada”. Otros dicen que la madera que se les prometió pudo haber sido comercializada a particulares.

Esta zona, también conocida como La Cañita, tiene una fuente de agua subterránea, en la que desembocan los ríos Cabón y Tosa. En este punto, las lluvias del pasado 29 de octubre inundaron todas las viviendas.

La gente de la bajada huyó hacia donde  vecinos, a   medida que subían las aguas. El lago volvió subir ayer.

“Mi casa ta´ llenita de agua y llena de lodo. Horita llovió,  y por eso uno no se puede meté. Por eso salió un hurón y un maco”. La construcción de este párrafo se corresponde con el sentir de Maribel (Lucecita) del Rosario Barson, una niña de cuatro años, que sin ser solicitada con fines de entrevistada, se adelantó a contarle a redactores de HOY los problemas de su hogar.

La pequeña que afirma   tener seis años, dos menos que los que dice su madre Dolores, se muestra desesperada por retornar a su casa. La casa  frente a la laguna, tiene una parte de la  madera podrida.

La mayoría de las casuchas de este caserío, formado por familias en extrema pobreza, se llenaron de agua por la mitad el día del paso de la tormenta Noel. Huyendo de la tormenta pasaron parte de la luna miel Elpidio Reyes y Anel Cabrera, de 15 y 23 años de edad. La pareja no tuvo más remedio que dejar la casa de la tía del joven, a donde hace una semana retornó.

Evelin Figueroa convive con la laguna a tres metros de la casa, a la que entró hace tres semanas por efecto de las lluvias, secando sus árboles frutales.  El barrio San Pablo, al otro lado La Cañita, fue afectado por los dos ríos, lo que  eleva el peligro en este territorio.

POBLADOS INUNDADOS

Varios poblados resultaron seriamente inundados en La Victoria. Donde más daños se registraron fue en Las Cacatas, Cabón, próximo a San Luis, Reventón y La Yagüita. Aunque en menor proporción, las aguas entraron en las casas del área de Ferregu y en la zona de Juan Tomás destruyó parte del cableado eléctrico.  

Ayuda para menor enfermo

 En casa de Reyna Frías, en Ferragu, La Victoria,  se vive en aprietos desde hace seis años, cuando nació su hijo Esmerin Alexander, con epilepsia, otro daño cerebral y deficiencia crónica corporal.

 El síndrome del pequeño consume el escaso  presupuesto de Frías y de su marido Antonio Hernández. Él también sufre fuertes dolores de cabeza por un  accidente de motocicleta. Gastan más de mil pesos al mes  en medicamentos para el niño. Esto no incluye los estudios para ver la evolución de su cerebro. Frías agota sus últimas fuerzas. Está resuelta a buscar ayuda en programas de televisión, ya que la bodega que tienen en la casa no deja los beneficios requeridos para comprar los frascos de psico-soma, espectral y topamax, los pañales desechables y la leche, porque no come. Cada tres meses paga  RD$700 por un  estudio para el pediatra-neurólogo Andujar Saiter, en el hospital  Robert Reid Cabral.

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