Madrid, 10 mar (EFE).- El presidente de Chile, Ricardo Lagos, cree que el principal problema que afronta América Latina son «las tentaciones populistas», producto en su opinión de que los países de la región «no tienen cohesión social».

   En una entrevista que publica hoy el diario español «El Periódico», Lagos hace un repaso a sus seis años en la presidencia de Chile, a la que llegó tras ganar las elecciones en enero de 2000 y que mañana, sábado, cederá a la socialista Michelle Bachelet.

   Lagos defiende el «modelo chileno», que combina rigor fiscal y presupuestario con sensibilidad social y redistribución de la riqueza, como el camino a seguir en América Latina.

   «Tener las cuentas en orden y un presupuesto equilibrado no es de derecha o izquierda, sino una manera de manejar la economía. Pero una vez que se crece, hay que tener políticas públicas para que ese pedacito de crecimiento llegue a todos», dice el mandatario.

   El espejo económico en el que hay que mirarse, añade, es el de países como Irlanda, Nueva Zelanda y Finlandia, que «se han insertado en el mundo con tremendo éxito a partir de mucha inversión en ciencia, tecnología, creatividad e innovación».

   Todo ello pasa por un primer paso en favor de impulsar la educación, clave para «tener una mejor distribución», y de apostar por las políticas públicas, «que también ayudan a aminorar la distribución inequitativa del ingreso», señala Lagos.

   En este sentido, considera que «el empresariado chileno está comprendiendo la situación actual» y que en la sociedad hay una mayor disposición a entender la bondad de los acuerdos comerciales con otros países o bloques económicos como EEUU y la Unión Europea.

   «Después de una prédica permanente, sabemos que los acuerdos de libre comercio son muy importantes: se gana en espacio, nos imprimen un sello de excelencia en nuestra economía», afirma el presidente.

   El balance de Lagos sobre su presidencia es positivo, porque la sombra de los militares no existe, se han reformado la Constitución y el sistema de salud, se ha sancionado la ley del divorcio y se ha cerrado 2005 con un superávit fiscal de 4.500 millones de dólares.

   Este progreso era «difícil de imaginar» cuando llegó al Palacio de la Moneda hace seis años, dice el presidente chileno, que achaca el éxito a la coalición de democristianos y socialdemócratas, que «fue capaz de provocar un cambio cultural muy profundo».

   Eso «en parte explica la elección de una mujer en la presidencia. Hoy se percibe que se ha movido la frontera de lo posible», dice.

   Sobre el dictador Augusto Pinochet, señala que seis años después de su regreso al país procedente de su arresto en Londres «estamos en un mundo distinto», gracias a «la autocrítica del ejército, la labor de los tribunales y el informe sobre la tortura».

   Tras dejar la presidencia, Lagos tiene previsto participar en el Club de Madrid, foro de ex jefes de Estado y de Gobierno que analiza los problemas internacionales y ofrece propuestas de solución.

   Considera «absurdo» plantearse volver a optar a la presidencia y recuerda que «en el siglo XX hay sólo dos presidentes que volvieron y ambos aparecen en los libros de Historia por la labor que hicieron en su primer mandato». EFE