La laguna de Bávaro,  considerada una de las Áreas Protegidas más valiosas de la República Dominicana, pues sustenta importantes valores de biodiversidad, por más de 15 años ha estado recibiendo 400,000 galones diarios de aguas residuales mal tratadas provenientes de las actividades  aseo y sanitarios, lavandería y tintorería, lavado de autos, elaboración de alimentos y vaciado de piscinas del hotel Allegro Bávaro. Esta cantidad de vertido se reciben cuando la ocupación hotelera es de 90 a 100%.

Este dato se encuentra en el diagnóstico ambiental de la zona de Punta Cana-Bávaro elaborado por la firma Cristóbal Valdez y ordenado por la Asociación de Hoteles y Proyectos Turísticos de la Zona Este.

La  laguna de Bávaro es un ecosistema costero rodeado de 4.1 kilómetros cuadrados  de manglares y con una extensa zona de humedales de 5.8 kilómetros cuadrados.  Allí se anida  la avifauna residente y migratoria y especies endémicas de peces como el “Ciprinodon higüey”.

El estudio apunta que por su posición en el sistema hidrológico del manglar, la laguna podría tener un potencial efecto amortiguador en la zona costera ante condiciones meteorológicas extremas, jugando así un importante papel ante los impactos del cambio climático.

El informe no establece la  magnitud del impacto  de los vertidos en la laguna, que se encuentra  a poco más de 50 metros de la planta de tratamiento del hotel.

Daños al manglar.  Uno de los impactos negativos del turismo en Bávaro es el daño al manglar, que es uno de los ecosistemas más relevantes, no solo de la región, sino del país, pues solo allí  existía una franja continua de estas proporciones que actuaba como un corredor ecológico a lo largo de toda la planicie del Este, según establece el estudio.

Sin embargo, “el manglar de  Bávaro es, sin dudas, el componente biótico que más obviamente ha sufrido los efectos de un turismo mal planificado y sin controles ambientales, a la vez que constituye la  alteración ambiental que más vulnerable ha tornado a la región ante los desastres naturales”. La drástica fragmentación del  manglar ha limitado  su integridad ecológica y funcional y destruido la continuidad del sistema hidrológico.

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Casi un 30% truncado

En el tramo  entre Arena Gorda con el hotel Brezees, y Cabeza de Toro con el hotel Catalonia, la franja de manglar de cuenca ocupaba originalmente una superficie de 18.15 kilómetros cuadrados con una longitud de aproximadamente 17 kilómetros. De estos  se intervinieron al menos 5 kilómetros cuadrados de bosque original en el tramo  indicado.  Limitado en su expansión natural, el bosque de manglar subsiste actualmente confinado entre caminos, muros y cercas, sin espacio de crecimiento y como receptor, en muchas ocasiones, de aguas negras, establece el diagnóstico ambiental elaborado a los fines de un plan de ordenamiento territorial.