Lagunas en competitividad

Lagunas en competitividad

La competitividad de una economía está forjada en un conjunto amplio y complejo de factores que deben funcionar armoniosamente. Si en un momento dado el mercado laboral reclama determinadas capacidades humanas y las academias andan por su rumbo preparando otras distintas, las empresas se ven precisadas a importar recursos humanos, probablemente con costos extras. Fernando Capellán, presidente del Grupo M, plantea que las universidades no pueden seguir graduando profesionales en un conjunto de materias, mientras aquí se necesitan técnicos especializados en la industria. Hace falta una sintonía permanente entre las academias y el sector empresarial, que permita balancear este aspecto de la competitividad.

Otro factor de competitividad es el salario, y en este aspecto el empresario textil considera llegado el momento de un alza de los salarios. Los trabajadores dominicanos han visto caer los precios de los derivados del petróleo y las materias primas, pero ni han percibido rebajas en los artículos de primera necesidad ni han recibido aumentos salariales que tanto el Gobierno como el sector empresarial privado reconocen como necesarios. Representantes del Gobierno, los empresarios y los sindicatos han estado enfrascados en accidentadas negociaciones que pretenden un acuerdo de reajuste salarial. La razón aconseja que no haya más aplazamientos en atender esta necesidad de la economía.

PERMISIVIDAD MUY DAÑINA

A pesar de que han sido reiteradas las denuncias sobre violaciones a las normas de etiquetado de productos lácteos, las autoridades han mantenido una permisividad que está perjudicando a los consumidores y a la producción nacional de esos renglones. El Consejo Nacional para la Reglamentación y Fomento de la Industria Lechera (Conaleche) afirma que en el mercado local se venden lácteos con etiquetas en idiomas distintos del español y detalles de contenido y composición que no se corresponden con la realidad.

Las autoridades, y en particular ProConsumidor, tienen que hacer respetar las normas de etiquetado en los alimentos importados, porque la permisividad en violaciones de este tipo constituyen engaño en perjuicio de los consumidores y de los productores nacionales.

 

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