En medio del llanto de los familiares y vecinos fueron sepultados ayer, pasado el mediodía, los restos de Rafael Leónidas Nivar Arias, hermano de la jueza Claribel Nivar Arias, en el cementerio municipal de San Cristóbal.
En las próximas horas la Policía Nacional podría dar con los responsables del hecho que ha consternado a los munícipes de esa ciudad.
La Policía dijo que los investigadores no han descansado desde que ocurrió la tragedia cerca de la 11:00 de la noche del sábado, cuando fue muerto Nivar Arias, de 48 años de edad, quien dejó siete hijos huérfanos, las más pequeñas gemelas de nueve años.
La magistrada Nivar Arias, del Segundo Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional, reiteró su impresión de que su hermano fue víctima de un asalto, ya que era administrador de un consorcio de bancas y el hecho ocurrió luego de que visitara los negocios y saliera en su vehículo acompañado de una mujer, que resultó herida con un disparo.
Previo a la salida del féretro de la residencia, donde vivía con su esposa Isabel de la Cruz, una junta de investigadores encabezada por un coronel de la Policía Nacional ofreció detalles a la jueza sobre los alcances de las pesquisas, como la de que tenían un retrato hablado que podría conducir hasta los responsables del hecho.
En medio de lágrimas y llanto, la jueza Nivar Arias expresó su confianza en que los investigadores apresarán al o los culpables de segar la vida de su hermano, ya que el propio jefe de la Policía Nacional, mayor general José Armando Polanco Gómez, está muy interesado en el caso.
Al mediodía de ayer, los oficiales investigadores interrogaban a vecinos y tomaban muestras en la escena del crimen, un lugar distante unos 500 metros de la residencia de la víctima.
La viuda de Nivar Arias, Isabel de la Cruz, destacó la integridad de su esposo, así como el cariño que manifestaba a sus hijos, mientras lamentaba sin cesar la forma en que perdió la vida.
Que se enfrente. Ciudadanos de la comunidad de Sainaguá, de donde era oriundo Rafael Leónidas Nivar Arias, así como de otros barrios de esa ciudad sureña, reclamaron a la Policía Nacional, a la Dirección Nacional de Control de Drogas y al Gobierno central detener la ola de delincuencia que afecta a esta provincia.
El abogado Víctor José Romero llamó la atención por el estado de inseguridad en que se desenvuelve la comunidad de San Cristóbal, lo que atribuyó al aumento del consumo y tráfico de drogas y a la falta de oportunidades para los jóvenes, tanto para conseguir empleo como para estudiar.
Los apagones contribuyen a incrementar los robos y asaltos, según entiende María Mena, quien reside en el barrio Madre Vieja Sur, donde, según dice, es imposible instalar talleres o salones de belleza, que permitan ganarse la vida dignamente.
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A pedazos
Aquí en San Cristóbal la gente se está cayendo a pedazos; es un grupito que está comiendo nada más. Los muchachos viven del motoconcho, porque no hay otras fuentes, dijo Tony Araujo, un residente del barrio Jeringa.
Roban en el Peña Gómez
En el proyecto José Francisco Peña Gómez fue violada en la madrugada de ayer la casa del ingeniero Julio Matos, de donde sustrajeron una máquina de cortar mosaicos y una cantidad indeterminada de alambre eléctrico, entre otros artículos. En el lugar hay terrenos baldíos que son utilizados como escondrijo por los delincuentes, lo que mantiene aterrados a los residentes del lugar, que carece de vigilancia policial.