Agradezco que a los de mi generación Johnny nos llenó de alegría
Si damos crédito a un video compartido en las redes sociales donde aparecen imágenes de un “desmayo” sufrido por Johnny Ventura varios días antes de su muerte, habría que lamentar que muy posiblemente El Caballo Mayor no prestó la debida atención a un signo frecuente antes de aparecer un infarto, que pudo tal vez evitarse con un oportuno cateterismo cardíaco, herramienta diagnóstico-terapéutica que manejan eficientemente los cardiólogos intervencionistas dominicanos. Desgraciadamente los lamentos no devuelven la vida, pero pueden servir de ejemplo a los que corren el mismo riesgo.
Algunos filósofos, con la intención de disminuir el dolor de los tocados por la desgracia de perder a un ser querido, plantean que, en vez de cargar con reclamos y porqués al Gran Arquitecto del Universo lo que debería hacerse es dar gracias a los difuntos por sus obras y es por eso que personajes como Johnny Ventura destapan los afluentes de lágrimas de miles de personas, porque la balanza de su vida se inclinó hacia el bien común y yo, uno más de sus admiradores, agradezco que a los de mi generación nos llenó de múltiples momentos de alegría, también agradecerle que motivó a mi hermano menor a pedirme escribir en HOY algo en su honor y además, por inspirar en mi hijo mayor el noble sentimiento de expresar la cosmovisión de su muerte escribiendo en su página de Internet solamente dos palabras lapidarias que retratan de cuerpo y alma la figura impresionante del Caballo Mayor y que son “música limpia” y finalmente, debemos dar gracias a Dios por permitirle pasar ocho décadas de vida en este maravilloso y sorprendente mundo.
Debemos agradecer a Dios por permitirle pasar ocho décadas de vida en este maravilloso y sorprendente mundo