El Barcelona logró una cómoda victoria ante el Betis (5-1) en los octavos de final de la Copa del Rey, en un choque en el que se jugó al ritmo que marcó Lamine Yamal.
El internacional español se convirtió en el gran líder del conjunto azulgrana, firmando un brillante partido y marcando las diferencias en todo momento. Cada vez que el balón pasó por sus pies, el fútbol se transformó en vértigo, sumándose a la fiesta con el quinto y definitivo tanto azulgrana.
Menos de 180 segundos necesitó el Barcelona para ponerse por delante en el marcador. Después de una rápida recuperación en campo contrario del conjunto azulgrana, donde el Betis solo pudo perseguir sombras, Dani Olmo filtraba un gran balón al corazón del área para que Gavi, llegando desde segunda línea, superara a Vieites para adelantar a su equipo. Los andaluces, casi sin haber pisado el césped, ya iban por debajo en el marcador.
El Betis trató de estirarse y gozó de una clara ocasión por parte de Juanmi que, en caso de haber entrado, el VAR debería de haber analizado detenidamente. Pero el dominio era culé y las llegadas se multiplicaban: Dani Olmo en dos ocasiones y un intento de despeje de Bartra que a punto estuvo de convertirse en el autogol más bonito de todos los tiempos, pudieron aumentar la ventaja del Barça, que llevaba el peso del partido con mucha comodidad.
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No habían pasado ni 20 minutos y el guion estaba claro: el Barça dominaba el balón y buscaba constantemente la portería bética, mientras que el conjunto de Manuel Pellegrini trataba de cazar alguna oportunidad al contraataque. Tanto iba el cántaro a la fuente que las oportunidades culés se multiplicaban, siendo la más clara aquella en la que Olmo reventó un claro balón contra el palo y, en el rechace, Vieites tapaba su meta para evitar el gol de Raphinha.
Lamine Yamal estaba siendo un incordio para el Betis, que no encontraba la manera de frenarle, ni en estático ni en velocidad. Y fruto de una genialidad del internacional español llegó el segundo gol azulgrana. En otra rápida recuperación, el extremo derecho del Barça se inventaba un toque de primeras por encima de la defensa en dirección a Jules Koundé, quien sacó un brutal derechazo para lograr el segundo tanto culé. La ventaja era contundente.