Washington. El sistema de lanzamisiles “Buk”, conocido como SA-11 Gadfly en la terminología de la OTAN, es un complejo radar móvil con misiles guiados de la época soviética capaz de derribar un avión en pocos segundos después de dada la orden. Los servicios de inteligencia estadounidenses apuntan al lanzamisiles tierra-aire “Buk” como el probable responsable del derribo del vuelo MH17 de Malaysia Airlines, que se desplomó desde los 10.000 metros de altura, cuando las 298 personas que viajaban a bordo ya habían alcanzado la confortable ruta de crucero.
El “Buk” es una lanzadera rodante que lleva un radar incorporado para detectar y abatir misiles o aviones enemigos con el lanzamiento de proyectiles que superan en tres veces la velocidad del sonido, por lo que el vuelo de Malaysia Airlines habría sido alcanzado unos 10 segundos después de dada la orden de disparo.
El “Buk” puede estar acompañado de otro radar móvil adicional para aumentar la precisión y reconocer con más claridad el tipo de aeronave susceptible de ser abatida, así como de un comando central de comunicaciones y un proveedor de nuevos misiles.
El lanzamisiles soviético fue desarrollado en los años 70, se comenzó a utilizar y exportar a aliados de la URSS en los 80 y, pese a modernizaciones posteriores, sus paneles de control son un galimatías de señales analógicas de radar, botones e interruptores heredados de la Guerra Fría que requieren meses de entrenamiento para evitar malentendidos.
Un vídeo colgado hoy en Facebook por un portavoz del Ministerio de Interior de Ucrania (bit.ly/1nFOWjE) muestra un camión que supuestamente transporta desde la región rebelde de Donetsk hasta Rusia un “Buk” con solo tres de los cuatro misiles que normalmente tienen cargados. Los misiles que lanza el “Buk” destruyen su objetivo no con impacto directo, sino con explosión de proximidad, lo que podría explicar por qué el B-777 de Malaysia Airlines no se desintegró totalmente en el aire y esparció sobre los campos del este de Ucrania grandes trozos del aparato. Los misiles “Buk” pueden destruir objetivos aéreos a hasta 21.000 metros de altura y el radar puede captar objetivos en un radio de 30 kilómetros.
Este complejo y altamente móvil sistema antiaéreo puede desplazarse por casi todo tipo de terrenos a velocidades relativamente altas y pasar a posición de ataque en solo cinco minutos.
Según IHS, una organización de análisis de riesgo geopolítico que cita a fuentes ucranianas, las milicias prorrusas capturaron a finales de junio un lanzamisiles “Buk” y lo desplegaron en las cercanías de la región de Donetsk, donde cayó el avión malasio proveniente de Amsterdam y con destino a Kuala Lumpur.