BAGDAD,  (AFP) – El ejército estadounidense anunció ayer que lanzó una gran operación contra la rama iraquí de Al Qaida, principalmente en su bastión de la provincia de Diyala, mientras en Bagdad ocho milicianos chiitas movilizados por los estadounidenses eran secuestrados y cinco personas resultaban asesinadas.

 La ofensiva, bautizada «Fantasma Fénix», coincide con los ataques que los partidarios de Osama bin Laden multiplicaron en las últimas semanas contra las milicias sunitas movilizadas por las fuerzas estadounidenses.

 El lunes, cuatro atentados mataron a 18 personas en Bagdad, entre ellas Riyadh al Samarrai, líder de una milicia sunita.

 Los milicianos sunitas, y en menor número chiitas, están considerados como «apóstatas» por Al Qaida.  La gran operación norteamericana consiste en «una serie de operaciones conjuntas entre la coalición y el ejército iraquí para perseguir y neutralizar a los elementos restantes» de Al Qaida y otros grupos radicales, según el subcomandante en jefe del ejército estadounidense en Irak, el general Ray Odierno.