SANTIAGO (AFP).- Una bomba de alto poder destructivo estalló la madrugada de este jueves en el sector sur de Santiago y destruyó las dependencias de un banco y otros locales aledaños, un hecho que causó preocupación en el gobierno del presidente Ricardo Lagos.

«Es motivo de preocupación para el Gobierno», admitió el subsecretario del Ministerio del Interior, Jorge Correa Sutil, después que la bomba destruyó en la madrugada parte de la estructura del BancoEstado en el barrio de La Cisterna.

La onda expansiva también destruyó los ventanales del Banco del Desarrollo, situado en la acera del frente, y destrozó ventanas de varias residencias próximas.

«Sin duda estamos frente a un atentado mayor que los que habíamos registrado con anterioridad», señaló el subsecretario.

El ataque se produjo un día después que varios encapuchados destruyeron con bombas incendiarias un local de la cadena McDonalds, de comida rápida, tras una manifestación de estudiantes de la Universidad Tecnológica Metropolitana que pedían la libertad de 40 «presos políticos».

Otra explosión destruyó el jueves los ventanales de un banco en Temuco, 600 km al sur de Santiago, y la policía desactivó tres bombas de ruido en los balnearios cercanos de Villarrica y Pucón, donde se celebraba una conferencia de ministros de Comercio del Apec (Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico).

«Creemos que es muy importante que el gobierno tome acciones para que este tipo de situaciones se vayan erradicando», dijo el empresario Juan Claro, presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, que agrupa a las grandes empresas privadas.

Claro advirtió que es necesario «asegurar el Estado de Derecho y evitar este tipo de atentados que generan incertidumbre sobre las inversiones y actividades productivas».

El presidente de la Cámara de Diputados, Pablo Lorenzini, también se manifestó alarmado, al recordar: «tenemos este año la reunión de la Apec, en noviembre».

Santiago espera recibir ese mes a los líderes de las 21 economías que integran el foro, incluidos los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush, y Rusia, Vladimir Putin.

Un desconocido grupo denominado «Julio Guerra Operativo Sur», reivindicó el atentado de este jueves, a través de un llamado telefónico a Radio Biobío de Santiago.

El mensaje afirmó que el ataque al banco fue en represalia por el retraso que sufrió la votación de un proyecto de ley, para liberar a unos 40 presos políticos que permanecen detenidos en la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago.

Julio Arturo Guerra Olivares es uno de los 12 miembros del izquierdista Frente Patriótico Manuel Rodríguez, que fueron ejecutados por agentes de la pasada dictadura del general Augusto Pinochet en la llamada «Operación Albania», en junio de 1987, según estableció la investigación judicial que condenó a prisión a varios militares retirados.

Un taxista que pasaba frente al banco poco antes de la explosión observó a dos hombres en actitud sospechosa y regresó al lugar con su automóvil para cerciorarse.