BOGOTA (AP).- Las autoridades se empeñaban ayer en recuperar el control en una zona del oeste de Colombia en donde una ofensiva de los principales grupos guerrilleros dejó ocho policías muertos y 30 personas secuestradas.
El presidente Alvaro Uribe dijo el lunes que el ataque se produjo que «un pueblo minúsculo en plena selva, a donde había entrado la policía para taponar ese corredor de la delincuencia… ese había sido un paraíso de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).