Es frecuente, en la conversación y en la escritura, encontrarse con la construcción /período de tiempo/, /lapso de tiempo/. Está en el discurso, como significación de palabras y frases empleadas para manifestar lo que se piensa o siente (DRAE). Se manifiesta en cualquiera de los dos grandes códigos que nos permiten los hechos de habla y en cualquiera de los medios a nuestro alcance.
Período es definido por María Moliner, en su primera acepción, como ‘porción de tiempo’, y presenta ejemplo: “Durante” el período de vacaciones, y explica otros significados.
En cuanto a lapso, después de exponer acerca de etimologías y usos, como “lapsus calami” (equivocación cometida al correr de la pluma) y “lapsus lingae”, desvío consistente en un simple cambio de palabras sin haber confusión en el pensamiento. Ver María Moliner, Diccionario de uso del español, volumen II, letras H-Z, Editorial Gredos, Madrid, 1975.
En el Diccionario del español actual, de Manuel Seco y sus colaboradores Olimpia Andrés y Gabino Ramos, recogen per/í/odo (tb pe/rio/do), sustantivo masculino: ‘porción de tiempo’, y explican que se emplea normalmente con un adjetivo o un complemento que expresa su duración “o la actividad, cualidad o circunstancia que lo caracterizan”.
El hablante dominicano tiende a manifestar /período de tiempo/ o /lapso de tiempo/, lo que nos deja dicho que al hablar o escribir no percibimos que el sentido de tiempo o duración del proceso de habla que estamos manejando está envuelto en los vocablos encabezadores de la estructura gramatical. Por eso no nos basta afirmar período o lapso sin la idea de complementario que relieve el concepto de temporalidad. Decimos, pues, período [de tiempo] para formular las inscripciones, o lapso [de tiempo] para depositar los comprobantes.
Sin embargo, un pie de foto en la sección Deportes, de Diario Libre del 6 de mayo en curso (2015), p.38, informa lo siguiente:
“Ponte Vedra Beach. Tiger Woods (golfista) dijo que no ha podido dormir bien a causa de un complicado [lapso de /tres días/ por su rompimiento con Lindsey Vonn y el aniversario luctuoso de su padre]”.
Se trata de un caso correcto de complementación dentro de la frase que precisa exactamente la duración del período soportado, sin acercarse al empleo de una tautología, o sea, repetición innecesaria de un concepto expresado en los vocablos lapso o período + de tiempo, forma que debemos revisar en cada realización de habla que sea pertinente.
También es de uso regular cuando el redactor de un suelto de Diario Libre, 12 de mayo retropróximo (2015), p.7, intitulado, “Estudiantes haitianos piden cese de cobro estadía” y comenta que los peticionarios afirman que deben pagar una cuota RD$2,500.00 mensualmente, cuando en cualquier país del mundo el visado para estudiantes contempla la permanencia en el país emisor por lapsos “[más prolongados]” que otros tipos de visado, como turistas y comerciantes, debido a la duración de los cuatrimestres y semestres académicos.
El Diccionario del español actual, volumen II, letras G-Z, editora Aguilar, Santillana, Madrid 1999, incluye para período un segundo significado: “Menstruación” y nos da ejemplo de uso: “Pasó al baño y buscó algodón en el armarito. Le había venido el período”.
Nosotros nos inclinamos a pronunciar per/ío/do, vale decir, trasladamos el acento prosódico sobre la /o/ y hacemos un diptongo. El acento sobre la /í/ disuelve la diptongación. El acento sobre la /i/ deberá marcarse.
Las últimas recomendaciones de la Real Academia de la Lengua permiten el empleo entrambas formas.