¿Lapsus?

¿Lapsus?

Servir al partido para servir al pueblo es el lema del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), actualmente en el poder.
La esencia de esta divisa concierne, indudablemente, a la conducta que debe observar cada uno los individuos que militan en la organización, pero de ninguna manera se puede pensar que esas directrices puedan ser aplicadas en lo que concierne al Gobierno.

Todo esto viene a cuento a propósito de una propuesta hecha este jueves, en el Palacio Nacional, por el secretario general del PLD, Reinaldo Pared Pérez, pretendiendo que el Gobierno establezca medios de financiación para que los militantes del partido en el poder puedan desarrollar pequeñas empresas.

Si se propusiese un plan global, que beneficiase por igual a todos los dominicanos en condiciones de optar por líneas de crédito, sería ciertamente un gran logro, entre otras cosas porque permitiría mejorar los índices de empleo en estos tiempos de depresión en las zonas francas textiles, y contribuiría a la reactivación de la economía.

Pero pretender que sea acogida esta propuesta para privilegiar a los militantes del partido en el poder sería algo así como aspirar a que el Gobierno le sirva primero al partido para después servirle al pueblo, y tendría como agravante la oportunidad, pues se propone justamente cuando se está pretendiendo que sean castigados quienes en el pasado reciente cometieron un pecado similar.

Menos mal que el Presidente Leonel Fernández, que es también presidente del PLD, ha dado muestras de que conoce y respeta los linderos de cada terreno.

Causa y efecto

La deforestación del país se debe a causas diversas, todas ellas destructivas y dignas de ser combatidas sin tregua.

Una de esas causas –los incendios forestales– ha estado ocupando nuestra atención y motivando hondas preocupaciones en estos días. Esta causa, a su vez, parece tener entre sus vertientes intencionalidad criminal o descuido, y quizás ambas cosas a la vez.

Con menos voracidad que el fuego, pero igual de efectiva, es la causa de la depredación de nuestros bosques por parte de haitianos que operan en  nuestro territorio en complicidad con dominicanos.

Una foto publicada este jueves en portada por el vespertino El Nacional muestra a una familia haitiana sentada en el tronco de un enorme árbol, centenario según describe el pie, que fue talado en territorio dominicano para construir una canoa.

Por otro lado, las autoridades tienen la sospecha de que algunos incendios forestales hayan sido provocados deliberadamente por personas que aspiran a aprovechar la madera.

De todo esto se desprende que debemos multiplicar los esfuerzos por mejorar los controles sobre la capa forestal del país, de modo que pueda ser evitada la depredación de los bosques por la mano del hombre, pero también que puedan tomarse las debidas precauciones para disminuir las posibilidades de incendios forestales como los que nos preocupan en estos días.

Tengamos en cuenta que de un árbol cualquiera se puede hacer un millón de palos de fósforo, y que uno solo de éstos basta para volver cenizas un millón de árboles.

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