Nadie se salva de los apagones. Ayer, el Palacio de la Policía permaneció en penumbras casi por cinco horas. Todo debido a un apagón de la Distribuidora de Electricidad del Este (Ede-Este) que le suministra energía. Este es el segundo apagón importante que ocurre en la gestión del mayor general José Armando Polanco Gómez. El primero ocurrió el 28 de agosto, 12 días después de ser juramentado.
A los apagones nadie se les salva. ayer, El Palacio de la Policía permaneció en penumbras casi por cinco horas. Todo debido a un apagón de la Distribuidora de Electricidad del Este (Ede-Este) que le suministra energía.
Este es el segundo apagón importante que ocurre en la gestión del mayor general José Armando Polanco Gómez.
El primero ocurrió el día 28 de agosto, 12 días después de ser juramentado como jefe de la Policía.
El servicio fue suspendido ayer a las 9:50 de la mañana hasta casi las tres de la tarde.
Tan pronto ocurrió la interrupción entró en funcionamiento la planta de emergencia.
Sin embargo, la capacidad de esa planta es insuficiente para darle energía a todas las dependencias, por lo que algunas áreas estuvieron a oscuras.
En varias oficinas los policías abandonaron sus asientos y salieron a los pasillos a matar el tiempo. Algunos, sin embargo, estaban sorprendidos de que el apagón durara tanto tiempo.
El área de Relaciones Públicas fue una de las afectadas por la interrupción en el servicio eléctrico. El vocero de la institución, general Nelson Rosario, no apareció en toda la mañana. Y la luz tampoco.
Las tres computadoras del área de prensa se apagaron sin que los periodistas pudieran enviar sus notas a los medios.
Ante esto, algunos periodistas demandaron que fuera instalado con urgencia un inversor en el lugar, a fin de garantizar el trabajo a los reporteros.
Las claves
1. Huir del calor
Los reporteros que cubren el Palacio de la Policía no encontraron información y se refugiaron, algunos con sueño, en los lugares donde había acondicionadores de aire, porque el calor era insoportable.
2. ¿Y el vocero?
El vocero de la institución, general Nelson Rosario, no apareció en toda la mañana. Los periodistas le buscaban para demandar la instalación de un inversor.