Michigan.– Un ex médico deportivo en Michigan que abusó sexualmente de más de un centenar de niñas y adolescentes, incluyendo a algunas de las gimnastas más destacadas de Estados Unidos, fue sentenciado el ayer a entre 40 y 175 años de cárcel.
El médico, Larry Nassar, fue sentenciado por la jueza Rosemarie Aquilina tras siete días de emotivos testimonios de más de 150 víctimas y sus familiares en el tribunal de Lansing, Michigan. «Acabo de firmar su sentencia de muerte», le dijo la jueza al acusado.
Agregó que los delitos fueron «calculados, manipulativos, nefastos, detestables». «Es un honor y un privilegio sentenciarlo a usted», dijo la jueza.
«Usted no merece volver a estar jamás fuera de la cárcel. Usted no hizo nada por controlar esos impulsos y donde sea que usted vaya, quedarán lastimadas las personas más vulnerables».
Nassar se dirigió a la tribuna y ofreció una escueta declaración asegurando que las declaraciones de las 150 víctimas «me han estremecido hasta la médula» y que «no hay palabras» para describir cuánto se arrepiente.
«Sus palabras me acompañarán por el resto de mis días», dijo Nassar, mientras se escuchaban los sollozos de varias de las acusadoras.
Nassar, de 54 años, se había declarado culpable de abusar de siete personas en la zona de Lansing, pero se permitió que en la audiencia declaren todas las víctimas que deseen hacerlo.
Las víctimas hablan. Las mujeres narraron que el médico, sin guantes, las penetraba con las manos sin justificación cuando estaban en la camilla de examen.
«Larry, ¿cuántas de nosotras estamos aquí? ¿Lo sabes siquiera?», preguntó Clasina Syrboby, quien hizo un esfuerzo por contener las lágrimas al hablar durante más de 20 minutos, en el quinto día de testimonios
«Me convertiste, nos convertiste en tus presas. Viste una forma de aprovecharte de tu puesto, el fiable y todo poderoso médico de gimnasia. Debería darte vergüenza, Larry».
Syrboby y otras víctimas siguieron criticando a la Universidad Estatal de Michigan, a la federación y al Comité Olímpico de Estados Unidos, por no hacer lo suficiente para frenar a Nassar hace años, cuando comenzaron a surgir las quejas.
«El doctor Nassar no era un médico», señaló Maroney, quien ganó una medalla de oro y una de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. «Dejó cicatrices que jamás se irán de mi psique».
Jamie Dantzscher, medallista en Sydney 2000, miró a Nassar y le espetó: «¿Cómo se atreve a pedir perdón a cualquiera de nosotras?» «Sus días de manipulación han terminado», recalcó. «Tenemos voz. Tenemos ahora el poder».
Las acusadoras, que en el momento de los hechos eran menores de edad, relataron que confiaban en Nassar, se negaban a creer lo que les acababa de ocurrir, o tenían miedo de hacer una denuncia.
En ocasiones usaba una sábana o su propio cuerpo para evitar que los padres de la niña, que estaban ahí mismo en el consultorio, puedan ver lo que estaba haciendo.
Nassar ya había sido sentenciado a 60 años de prisión por delitos de pornografía infantil.
El médico trabajó en la Universidad de Michigan, cuya presidenta planea renunciar al cargo el jueves. Una persona con conocimiento de la situación informó el miércoles a The Associated Press sobre la decisión de Lou Anna Simon.
La persona pidió no ser identificada debido a que la renuncia no ha sido anunciada. Muchas de las víctimas acusaron a la universidad de ser diligente antes las denuncias previas sobre Nassar.