La terrible vigencia de la pandemia de corona-virus en la República Dominicana, la mayor por casi todo un siglo, que se caracteriza por su fácil contagio y su alta peligrosidad para adultos mayores.
Lo cierto es que estamos sufriendo simultáneamente los efectos de males que superan con mucho a los sietes plagas que se produjeron en el Egipto de los tiempos bíblicos, con una manifestación variopinta muy al estilo criollo, porque también el dengue ha repuntado grandemente desde el 2019, que aunque menos letal, ataca a los niños. Lo mismo padecemos con mayor frecuencia de leptospirosis, porque las cloacas de las ciudades están desde hace tiempo abandonadas a las ratas y sus orinas.
Pero además desde hace tiempo, otras plagas aguardaban contra los dominicanos, como la falta de protección contra los vertederos a cielo abierto de los desechos sólidos, pues solo 23 años atrás se trató de reorganizar a Duquesa para transformarlo con relleno sanitario con apoyo japonés, pero luego de 10 años fue cancelado para beneficiar a unos pocos, mientras otros como los de Haina, Moca, Santiago y Puerto Plata nos enferman y ahogan, la perdida de caudales de agua por la deforestación sistemática y la extracción de materiales de los ríos para la construcción; la falta de transporte y atención primaria; la escasa educación que permite que haya ”peregrinos” o “iluminados” que induzcan a las masas a perder la vida a causa de ideas milenaristas por cambios en los números de los calendarios de los diferentes religiones “estados de mil años” al estilo hitleriano y otras utopías sociales y económicas.
Tampoco nos faltan tras plagas sociales como los fraudes electorales, con la alteración de las máquinas del “voto automático”, los feminicidios machistas, la criminalidad común, el narcotráfico, la corrupción al por mayor y el detalle, por la administración errática, altanera y procontinuista de la crisis del Corona-virus, donde no hay pruebas suficientes no se vigilan y aíslan los mayores asintomáticos, el desempleo, el hambre, la amenaza a la paz social que ésto entraña, la deuda pública impagable que hipoteca a la nación: Y la peor de todos las pestes: el gas morado que intenta eternizarse en el poder en base de malas artes de propaganda costosísima, que pretende engañar al pueblo con nuevos artilugios y falacias.
El colmo de ese “gas morao”; es el espectáculo de una Vicepresidenta de la República, que hizo cuantas maniobras fueron posibles para pasar de Primera Dama de Leonel al cargo que ocupa, luego se valorizo para la Presidencia como jugada ganar-ganar por encima de las alternativas Danilo-Leonel, para luego hacer campaña para su marido de besitos… y más tarde andar promoviendo a Gonzalo por su candidatura Vicepresidencial, a cambio de atraerle votos con los parciales de su marido y culminar cantándose “Happy Birthday to me” en público, abrazándose, como señal de que hay que estar en todo con tal de seguir en el carnaval, a pesar de que su marido confirmo que no sabe ni freír un huevo … Cosas veredes Sancho….