Recientemente se celebró el Día Mundial de la Ciencia por la Paz y el Desarrollo y la Academia de Ciencias de la República Dominicana, conjuntamente con la Academia cubana celebraron, undécima vez, una Jornada por la Cultura Científica. El objetivo es conocer experiencias sobre esfuerzos para promover el estudio de las ciencias ante el convencimiento, por comprobación histórica, que sin desarrollo científico no puede alcanzarse un nivel de desarrollo. De esa realidad se desprende el compromiso de las Academias de Ciencias, expresado en Conferencia Científica y Asamblea General de la Red Mundial de Academias, que reunidas en Brasil en marzo de este año aprobó su “Carta de Río – 2013 – sobre el Papel de Academias de Ciencias ante los Grandes Desafíos e Innovaciones Integradas para el Desarrollo Sostenible y la Erradicación de la Pobreza”.

La Carta identifica con firmeza lo que debe ser el quehacer fundamental del trabajo científico expresando en uno de sus primeros párrafos: “Erradicar la pobreza y lograr un desarrollo sostenible requiere afrontar enormes desafíos claves en aspectos como la salud, la alimentación, la energía, la biodiversidad, el clima, el manejo de desastres, la educación y el modo de gobierno, entre otros”. Con ese horizonte de propósitos las Academias se proponen trabajar mediante acciones conjuntas e individuales en cuatro direcciones fundamentales, a saber: promover y desarrollar la investigación científica de largo plazo en función de objetivos sociales; catalizar acciones conjuntas de los sectores científicos, gobierno y sector privado e, incluso, con instancias globales; lograr una interacción de sectores interdisciplinarios en la búsqueda de objetivos locales y brindar sus aportes en pos de alcanzar los objetivos señalados por las Naciones Unidas para una agenda de desarrollo post 2015, año tomado como meta para el balance de lo que se haya logrado en los Objetivos del Milenio.

Un objetivo clave que se han propuesto las Academias es lograr que su voz sea escuchada en el marco nacional en sus pronunciamientos sobre los grandes temas estratégicos que se debatan en cada país y en el contexto regional. Ciertamente, las academias de la región, y entre ellas la de la República Dominicana, están tratando de aportar experiencias e iniciativas de gran impacto socio-económico como es el promover un mayor interés por el estudio de las ciencias básicas. En el caso del país la Academia de Ciencias trabaja desde hace un tiempo en el programa de la “Ciencia en la Escuela”.