Las afirmaciones de Piero Gleijeses

Las afirmaciones de Piero Gleijeses

El libro “La Esperanza Desgarrada” del historiador italiano Piero Gleijeses, catedrático de la Universidad John Hopkins, de Washington, ha tenido muy buena acogida entre los intelectuales dominicanos. Dicha obra, puesta en circulación la semana pasada en la Biblioteca Pedro Mir de la UASD, está basada en documentos desclasificados del Departamento de Estado de los Estados Unidos y en testimonios de protagonistas y participantes en la Guerra de Abril de 1965. Nos reservamos para otra entrega nuestros comentarios acerca de su contenido. Esta vez nos vamos a referir a algunas declaraciones que periodistas de HOY le atribuyen a su autor durante la permanencia de éste en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio, al cual asistió como invitado.

La tarde del 27 de abril de 1965, el presidente provisional Rafael Molina Ureña, acompañado de los coroneles Miguel Hernando Ramírez, Francisco Alberto Caamaño Deñó y de otros altos militares constitucionalistas se apersonaron a la sede de la Embajada de los Estados Unidos a pedirle al Embajador William Tapley Bennett que intercediera ante los generales de San Isidro con miras a iniciar conversaciones para lograr un acuerdo entre las partes. El Embajador yanqui le dijo con arrogancia que “no era momento de negociaciones sino de rendirse”. Sintiéndose humillados, el coronel Caamaño y otros salieron de allí a incorporarse a los combates que librábamos oficiales, soldados y combatientes civiles contra las huestes de San Isidro por los alrededores del puente Duarte. Rafael Molina Ureña y otros optaron por buscar refugio en Embajadas extranjeras.

¿De dónde saca Piero Gleijeses que el coronel Francisco Alberto Caamaño fue junto al vicealmirante Montes Arache a pedirle perdón al Embajador yanqui? ¿Error de traducción? Pudiera ser.

El 14 de junio de 1962, en una manifestación política convocada por la agrupación que Iideraba frente al Baluarte del Conde, Manuel Aurelio Tavárez Justo proclamó: “Óiganlo bien señores de la reacción, si imposibilitan la lucha pacífica del pueblo, el 14 de junio sabe muy bien dónde están las escarpadas montañas de Quisqueya, y a ellas iremos, siguiendo su ejemplo para realizar la obra de los héroes de junio del 59, y en ellas mantendremos encendida la antorcha de la libertad”. Después de haber dicho lo que dijo, el líder catorcista no necesitaba que nadie lo chantajeara para reaccionar como reaccionó frente al golpe de Estado contra el Gobierno Constitucional del presidente Juan Bosch. El destino de Manolo quedó sellado aquella tarde. No tenía otra alternativa que enfrentarse con la muerte.

Fidelio Despradel es un militante de izquierda, combatiente de primera fila en la Guerra de Abril de 1965 que estimamos como amigo y compañero de ideales por una sociedad dominicana mejor.

Piero Gleijeses califica de traidor al presidente Héctor García Godoy (porque cuando hacía propaganda política en Ciudad Nueva prometió que haría un Gobierno de conciliación en el que repartiría los cargos militares y luego entregó todo al Gobierno de Reconstrucción Nacional”. En primer lugar, García Godoy no era el candidato del bando constitucionalista para ocupar la posición que ocupó, ni militante de un partido de izquierda, por lo que no entendemos aquello de que fuera un traidor. Sí podemos dar fe de que el presidente García Godoy hizo todo lo tuvo a su alcance para reconciliarnos después de una lucha fratricida que culminó con una intervención militar y que tuvo como saldo más de cinco mil de muertos y cientos de heridos y desaparecidos. Nos preguntamos: ¿Por qué algunos de los presentes en el Almuerzo que combatieron en la Guerra de Abril de 1965 no le enmendaron la plana al osado escritor italiano cuando habló de pedir perdón, de chantaje y de traición?

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