Las alianzas ponen los partidos en jaque

Las alianzas ponen los partidos en jaque

POR JUAN BOLÍVAR DÍAZ
Las negociaciones para alianzas electorales de cara a las elecciones congresionales y municipales de mayo próximo en que están concentrados los partidos políticos están resultando mucho más difíciles de lo previsto hasta temerse que al final el sistema partidista pueda resultar más fragmentado y debilitado.

Aunque el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) también ha confrontado dificultades para sellar alianzas con una decena de partidos y grupos, las dificultades son más graves para los dos opositores que llevan 5 semanas tratando de conformar las boletas para 166 jurisdicciones electorales.

El aferramiento a sus aspiraciones de decenas de precandidatos perredeistas y reformistas ha representado un grave escollo, temiéndose una avalancha de impugnaciones y fragmentaciones, a lo que se suma la labor de zapa que realizan agentes gubernamentales y del partido oficial sobre los estamentos inconformes.

Apuros en la oposición

Más de dos meses después que se iniciaran las negociaciones para alianzas electorales entre los principales partidos del sistema político dominicano los obstáculos para concretizarlas han resultado mayores de lo que se había previsto y advertido.

Las mayores dificultades las han afrontado los partidos Revolucionario Dominicano (PRD) y Reformista Social Cristiano (PRSC) que el 5 de diciembre anunciaron un acuerdo para conformar candidaturas comunes para las elecciones legislativas y municipales de mayo próximo.

Aunque han logrado acuerdos para conformar candidaturas comunes a las 32 senadurías y gran parte de las 168 correspondientes a diputados y las 151 de síndicos y vicesíndicos, los desacuerdos en una decena de sindicaturas han puesto al borde del rompimiento las negociaciones de los partidos opositores, cuyos dirigentes han llevado sus diferencias a la opinión pública, especialmente los reformistas, como forma de presión a su contraparte.

Las amenazas de romper las negociaciones también han estado determinadas por los reclamos y abiertas rebeliones de dirigentes y militantes que se consideran con fuerza y méritos suficientes para ser postulados en la llamada “Alianza Rosada”. Algunos han apelado al chantaje abierto, manifestando su disposición a inscribir por sí mismos sus candidaturas o a coaligarse con otros grupos, especialmente los relacionados con el partido de gobierno.

Durante el fin de semana pasado los perredeístas formularon “una última” oferta a los reformistas cediendo una tercera parte de las candidaturas en disputa, mientras procedían a validar ante sus organismos lo que consideran negociación concluida y disponían el inicio de su campaña electoral.

Los reformistas dijeron esta semana que se daban como plazo el 21 de enero para cerrar el acuerdo y someterlo a consideración de sus organismos o para abandonar las negociaciones y optar por irse solos a los comicios. También consideran llevar candidaturas separadas en las jurisdicciones donde no hay acuerdos.

El PLD no se salva

El partido de gobierno no se ha salvado de dificultades y ya lleva públicamente dos fracasos en los intentos de negociación, el primero con los reformistas y el último, de la semana pasada, con el nuevo Partido Revolucionario Social Demócrata que liderea Hatuey De Camps. En ambos casos las negociaciones involucraron al líder del PLD y presidente de la República, Leonel Fernández Reyna.

Con su convención para escoger sus candidatos programada para este domingo 15, el PLD enfrenta el desafío de complacer a una decena de partidos y grupos políticos, que ya fueron sus aliados y le aportaron más del 8 por ciento de los votos válidos en las elecciones presidenciales del 2004, que fueron la diferencia para que ese partido ganara la presidencia de la nación en la en la primera vuelta con el 57 por ciento.

Los aliados formales son el Bloque Institucional Social Demócrata (BIS), la Alianza por la Democracia (APD), Fuerza Nacional progresista (FNP), Unión Demócrata Cristiana (UDC), Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD) y Partido Liberal de la República Dominicana (PLRD).

A esos seis se sumó informalmente el Consejo Presidencial Reformista, que encabeza el canciller Carlos Morales Troncoso, y ahora también el nuevo Partido Reformista Popular que liderea el secretario de Agricultura Amílcar Romero. Estos dos, desprendimientos del PRSC.

La decena de ahora se completa con el Partido Popular Cristiano que reclama la candidatura a senador por Bahoruco para su líder Rafael Peguero Méndez, y con el Partido Demócrata Popular, con los que también estarían conversando.

Pese a tener la ventaja del gobierno, al PLD no le han faltado dificultades para conformar boletas comunes con todos esos sectores. Este jueves se llegó a decir que el insatisfecho BIS saltaría de la alianza oficialista. Hatuey De Camps anunció que se reuniría con el líder de ese grupo Francisco Peña Guaba para discutir la posibilidad de otra alianza, que buscaría reivindicar la socialdemocracia y el peñagomismo.

Por su parte la APD celebró un acto público masivo en un hotel capitalino, recordando su aporte de 84 mil 566 votos en los comicios del 2004, equivalentes al 2.32 por ciento de los computados, y al 4.09 por ciento de los que llevaron al doctor Fernández Reyna a la presidencia. El BIS aportó 98 mil 278 votos, el 2.72 por ciento de los válidos.

En el PLD se cree que ninguno de sus aliados repetiría los niveles de votación que obtuvieron en el 2004, fruto de perredeístas disgustados, especialmente seguidores de Hatuey De Camps, y muchos independientes que sufragaron por esos partidos como forma de asegurarse la derrota del proyecto reeleccionista del presidente Hipólito Mejía.

El partido de gobierno tiene posibilidades de asegurar el respaldo de la APD y hasta de retener al BIS ampliándole su oferta de candidaturas o buscando otro género de compensaciones al amparo del poder, lo que deberá fraguarse este fin de semana. Pero tampoco enfrentaría una catástrofe perdiendo uno o dos de esos aliados.

PRD y PLD obligados

Donde el fracaso podría ser catastrófico es en las negociaciones para la Alianza Rosada, especialmente para el PRSC que enfrenta una gran fragmentación y como tercer partido del sistema cosecharía un resultado pírrico después de fallar en los intentos de alianza con peledeístas y perredeístas.

La debilidad con que se presenta el partido colorado casi lo obliga a concluir su alianza con el PRD. Ya muchos de los que engrosaban las bases reformistas de apoyo del desaparecido Jacinto Peynado y el sector de Morales Troncoso están aliados al PLD. Otro núcleo integrado por Angel Lockward, Héctor Rodríguez Pimentel, Alexis Joaquín Castillo y Alfredo Mota Ruiz bailan con música prestada por el partido morado. Y aún dentro del partido hay otros que abogaban por participar en los comicios de mayo con sus propias fuerzas, incluyendo a su último candidato presidencial Eduardo Estrella y a los exgobernadores del Banco Central Guillermo Caram y Luis Toral.

El reformismo enfrenta la labor de zapa que en sus filas sigue haciendo el peledeísmo, y que se manifiesta en incentivos de diversos géneros para atraerse a dirigentes y militantes insatisfechos por no haber conseguido candidaturas. A algunos que creen tener suficientes fuerza locales para ganar, se les ofertan cobijas en las boletas de aliados del oficialismo. El BIS y el PRSD también buscan atraerse disgustados, no sólo del partido colorado sino también del PRD.

Las presiones provenientes del mundo oficialista empeñado en impedir la Alianza Rosada o por lo menos en debilitarla al máximo, llegan al chantaje, según denunciara esta semana un político tan prudente como el secretario general de la Liga Municipal Dominicana, Amable Aristy Castro. El caudillo higueyano, a quien se señala como primer abanderado reformista con la Alianza Rosada, denunció amenazas hasta de hacerlo preso, si persistía en ese camino.

Como partido que encabeza las encuestas, y con mucho sobre los otros dos mayoritarios, el PLD sería el mayor beneficiario de la rotura definitiva del proyecto de Alianza Rosada. El PRD quedaría bien disminuido, lejos de las mayorías congresionales y municipales que ha detentado en la última década, y el desmovilizado y fragmentado PRSC, podría arruinarse.

Panorama complicado

En las actuales perspectivas, perredeistas y reformistas tenderán a transar sus diferencias para fraguar definitivamente su alianza. Tienen aún tiempo, hasta el 2 de marzo, pero aún si lo logran enfrentarán fraccionamientos en muchos de los 151 municipios y 166 circunscripciones electorales, estimulados por el poder que detenta el PLD.

Los dos principales partidos de oposición, especialmente el Reformista, enfrentan la coyuntura sin un liderazgo fuerte capaz de imponerse ante las aspiraciones de sus militantes. Podrían cosechar una lluvia de impugnaciones y hasta inscripciones de candidaturas municipales, al amparo del artículo 69 de la Ley Electoral que autoriza la inscripción de candidaturas no solo a los organismos nacionales, sino también a los municipales y provinciales.

Durante un coloquio efectuado este jueves con la concurrencia de dirigentes políticos y sociales hubo consenso en que, de cualquier forma, las negociaciones de alianzas y las inconformidades que han generado al interior de los partidos y el transfuguismo producirán más fraccionamiento y debilitamiento del sistema partidista.

A su vez la incidencia negativa de esas negociaciones sobre la democracia interna y la legitimidad del liderazgo partidista apuntarían a un mayor descrédito de la política frente a la población. Todo ello podría traducirse en reducción del potencial electoral de los partidos involucrados, especialmente los de oposición, y en incremento de la abstención de los electores.-

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