Linche
Entre amigos y conocidos, principalmente veganos, muchas veces he comentado que si saben que el Monseñor Nouel de la capital es el Padre Adolfo de La Vega. Lo mismo he dicho cuando alguien mencionaba a Adriano Miguel, les decía LINCHE, para los mocanos.
El amigo Linche partió sorpresivamente al más allá la pasada semana. Son muchas “las cuartillas” que se han escrito en estos días sobre sus dotes como abogado, periodista, historiador y deportista… y buen humor.
Como futbolista, portero, deslumbraba a todos cuando se presentaba en el play Don Bosco con indumentarias de última generación. Igual sucedía con sus uniformes para arbitrar partidos de fútbol.
Todos los que han escrito sobre su vida en estos días, incluyendo sus compañeros del Diario Libre, han resaltado el humor que siempre prodigaba. Linche tenía el humor a flor de labios, y era un especialista en anécdotas. Y se las gozaba.
“Sencillo, jovial, inteligente, sin poses, con un humor contagioso, pleno de anécdotas, a pesar de su posterior ascenso como funcionario académico de la UCMM en Santiago, solía atravesar la ciudad vestido de árbitro, …para “ampayar” un juego de fútbol”, escribió José Rafael Lantigua en Diario Libre.
En el mismo medio, Aníbal de Castro expresó que “Adriano Miguel Tejada cuenta con un sentido del humor que yo calificaría de genético.
Lo asume como una extensión de su personalidad con raíces profundas en su tierra, campechana y sin temor a las convenciones”.