Las alzas

Las alzas

Los dominicanos han manifestado por diferentes vías sus protestas, incluyendo una paralización de labores de dos días que recibió un respaldo que queda fuera de toda dudas, por el continuo aumento del costo de la vida.

A pesar de las quejas, la mayoría de los precios de los alimentos medicamentos y servicios de primera necesidad han permanecido en una escalada alcista.

En medio de una falta de respuesta y comprensión oficial a los reclamos, la ciudadanía ha visto crecer los motivos para sentirse impotente ante la devaluación del peso, expresada en el descontrol que caracteriza el comportamiento del mercado cambiario.

Se han cifrado esperanzas en la firma -que se da por un hecho para mediados del mes que comienza- de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que permite reanudar el programa de ajustes fiscales y monetarios y abra a la República Dominicana a desembolsos de créditos externos.

Se entiende que por esa vía se aliviarían los duros efectos de las quiebras bancarias y los desacertados correctivos basados en emisiones monetarias inorgánicas cuyas consecuencias negativas no han dejado de persistir sobre los entes de producción, comercio y consumo.

Existe sin embargo la mala experiencia de que el país se apartó desde un comienzo de los objetivos de la carta de intenciones suscrita a finales del año pasado por lo que los esfuerzos por reencauzar la economía se fueron a pique.

Ahora se está ante una nueva oportunidad de enmienda, sincera y firme, en la aplicación de una política económica que revalorice la moneda y estimule el crecimiento.

Pero hay que tener muy claro que el retorno de la confianza está condicionado a que se despeje el clima político y a que sectores de poder actúen para fortalecer las instituciones jurídicas y los mecanismos llamados a propiciar una justa electoral transparente. Hay que cambiar este panorama enturbiado por la posibilidad de un reforma electoral extemporánea y desaprobada por amplios sectores nacionales.

[b]Por la UASD[/b]

La Universidad Autónoma de santo Domingo asume –en medio del difícil marco de esta crisis- una gran responsabilidad, que es la de formar profesionales que en la mayoría de los casos proceden de los sectores sociales que más dificultades confrontan en la actual coyuntura.

El intenso crecimiento de la matrícula en este año refleja la realidad de que la UASD es una universidad de sólido prestigio por su más acrisolada madurez; es la que más carreras ofrece y en fidelidad a su condición de estatal, se traza objetivos de estudios e investigación en base a los intereses y prioridades de la sociedad dominicana.

Por el hecho mismo de estar sustentada por los contribuyentes, son muchos los jóvenes que solo allí pueden costearse los estudios.

Habiendo superado considerablemente su vulnerabilidad a la incursión de grupos que por cualquier motivo, incluso extra universitarios, solían alterar el orden e impedir la docencia, la Universidad Autónoma de Santo Domingo cobra importancia como opción para los pobres.

Los motivos para desear que el Estado vuelque más recursos hacia la querida UASD están ahí, con todo su peso.

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