Las alzas son nuestras; las rebajas del gobierno

Las alzas son nuestras; las rebajas del gobierno

En todas las relaciones suele haber uno que da más que el otro. Hacerlo, sin embargo, nunca molesta cuando se trata de buscar la alegría y la felicidad.

Porque, ¿puede haber algo más legítimo que luchar por el bienestar personal?

Tras esa búsqueda, incansable casi siempre, estamos todos los ciudadanos de este país. Por eso ahora, que vemos cómo el petróleo nos da un respiro, nos indigna escuchar que el secretario de Economía, Planificación  Desarrollo, Temístocles Montás, dice que por el momento no recibiremos los beneficios de la reducción de los precios del crudo en el mercado internacional.

La explicación de Montás es simple: el gobierno tiene que compensar los recursos que dejó de recibir cuando los costos del petróleo eran demasiado altos. Y es que, como apuntó el funcionario, el gobierno tuvo que sacrificarse cuando el crudo se cotizaba a US$150 el barril.

En aquella oportunidad, comentó Montás, los precios no se ajustaron debidamente para no golpear duramente a la población.

Pero, ¿entonces los aumentos constantes no compensaron lo suficiente? ¿Y todo lo que nosotros hemos tenido que pagar por los combustibles? ¿Y los aumentos de todos los productos de la canasta básica? Eso, acaso, ¿no lo hemos pagado nosotros?

La verdad es que la relación gobierno-sociedad siempre va a ser desigual. No importa lo que hagamos o lo que pase, siempre la soga se cortará de nuestro lado: a nosotros nos toca el sacrificio eterno; nosotros mantenemos al Estado y tenemos que quedarnos de brazos cruzados aunque nos disgusta lo que hacen con nuestros recaudos; y seremos nosotros los que sacrifiquemos nuestros sueños porque sólo ganamos para sobrevivir.

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