Las arañas tienen su propio Kama Sutra

Las arañas tienen su propio Kama Sutra

BARCELONA (España)(EFE).- Las arañas tiene su propio Kamasutra, a la vista de la gran variedad de posturas que adoptan durante el apareamiento, según un investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.

El Kamasutra, que quiere decir “hacer el amor”, es un antiguo texto hindú, escrito por el sabio Maharshi Vatsyayana, considerado el tratado erótico más antiguo del mundo, en el que se describen decenas de posturas sexuales, algunas próximas a la acrobacia, que pueden practicar un hombre y una mujer.

La multiplicidad de actitudes durante la cópula, sin embargo, parece no ser sólo cosa de los humanos, pues las observaciones han demostrado que también las arañas han abandonado a lo largo de los años la monotonía sexual y practican ya más de una decena de posturas durante el apareamiento.

Esta es la conclusión que destacó en declaraciones a Efe el entomólogo Jordi Moya, investigador de la Estación Experimental de Zonas Áridas del CSIC y cuya especialidad es- las arañas y su comunicación como amantes y caníbales.

Algunas de las posturas de los arácnidos evocan claramente ciertas propuestas del Kamasutra, como el famoso «69”, que permite la práctica del sexo oral mutuo de forma simultánea, y que en ocasiones parece que ponen en práctica las arañas al colocarse el macho y la hembra vientre con vientre, pero cada uno en una dirección distinta.

“Tienen su propio Kamasutra”, afirmó Moya, que indicó que las posturas sexuales de estos insectos de ocho patas han evolucionado a lo largo de las décadas, aunque aún se desconoce por qué utilizan una u otra posición.

Nada más lejos de la monotonía y la placidez, pues, para describir el singular apareamiento de las arañas, teniendo en cuenta además que las hembras practican el canibalismo y que muchos machos mueren en sus garras “antes, mientras y después” de copular.

No está clara la motivación que lleva a las arañas a devorar a sus sementales, aunque algunos estudios apuntan que podría ser un acto de “rechazo” de las hembras ante el “acoso” de varios machos o, simplemente, una vía rápida, aunque cruel, para obtener una nueva fuente de nutrientes.

En cualquier caso, la experiencia ha llevado a los machos a actuar con cautela y a adoptar medidas de seguridad y precaución, algunas de ellas de lo más ingeniosas, para evitar acabar siendo pasto de las féminas, que además de estar hambrientas, les superan en tamaño.

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