Dos exposiciones conmemorativas sobresalieron, por recordar a maestros incomparables en el arte dominicano: un siglo del nacimiento de Paul Giudicelli en el Centro Cultural Banreservas y una década del fallecimiento de Cándido Bidó en la Galería Nacional de Bellas Artes.
Causando emoción, hicieron pensar en sus personalidades de excepción y, nostálgicamente, en la brillantez de un pasado reciente: fueron muestras históricas.
También, se destacaron por una museografía excelente, la primera, inteligente, ingeniosa, educativa, realizada por Teresa Raulina Capellán, correspondiendo al genio de Giudicelli y a la selección de obras por Myrna Guerrero, y la segunda, creativa, espectacular, audaz aun, de Salvador Bergés, escenografía homenaje a nuestro Bidó
Centro León
Parece reiterativo decir que el Centro León se destaca como la institución cultural dominicana de mayor auge, actividad y nivel, pero es una realidad inobjetable. El Concurso de Arte Eduardo León Jimenes se ha impuesto, una vez más, como la única fuente coherente y definida de arte contemporáneo en el país.
Hoy en la historia. Nació el político José Martí Pérez
El último ha sido más impactante aún por la calidad conjunta de la selección y entre los premios, la instalación “in situ” de Raúl Morilla desde el hotel Mercedes: ha estremecido, entre admiración por la obra y congoja por la memoria…
En el Centro también, la retrospectiva de Elsa Núñez, ejemplarmente organizada y “coronada” por un espléndido catálogo, ha sido la exposición del año dedicada a una figura del arte en plena actividad.
Si bien es cierto que las instituciones privadas han sufrido por la pandemia, soportaron mejor la crisis que las públicas: por cierto, un reconocimiento a Iris Pérez y a la Escuela Nacional de Artes Visuales es de rigor.
El Museo Fernando Peña Defilló se lució con la casi increíble exposición de desnudos de Fernando Calzada y una investigación expositiva sobre el círculo en la producción de Peña Defilló. Melissa Roedan, residente en Florencia, presentó una serie estupenda de pequeños objetos en Arte San Ramón, mientras Lucy García, en su nuevo local, fortaleció la convicción de su contemporaneidad con Panorama, una colectiva “plurigeneracional”.
Tampoco olvidamos a doña Purísima de León y su acción plural en el Centro Mirador.
La nota afligida del año
Fue la partida de Adolfo Nadal Walcot, inmenso artista mal reconocido. Y, entre las alegrías, está el renacimiento del hoy Colegio Dominicano de Artistas Visuales, a tener definitivamente en cuenta.
Internacionalmente, el arte dominicano reposó en la sombra… Felizmente, Lidia León triunfó en la Bienal de Venecia con un mural mixto y grabaciones: no cabe duda de que, en la mayor bienal del mundo, la arquitectura dominicana sobresale… contraste con suerte o nivel de las artes plásticas.