Tomar jugo de limón, de chinola, de mango y hasta de aguacate, es algo normal para muchas personas, sin embargo para esas mismas personas los jugos no tradicionales, resultan una bebida muy rara.
Y es que, aunque resulte extraño, en el mercado hay muchas bebidas que, ya sea por la traducción de su nombre, o por su nombre en sí, no dejan de provocar desagrado por quienes no acostumbran a consumirlas.
Por ejemplo, con solo hablar de sangre, a muchas personas les resulta inevitable poner cara de asco, pues la asocian con muerte o accidente. Con una escena desagradable. Pero eso no es así para quienes gustan consumir este líquido, como los hematófilos.
Y aunque la bebida se llame como algunas comidas tradicionales, la gente encuentra eso extraño, porque no logran asociarlo con un líquido. Eso ocurre con la bebida hecha de carnes.
O que esa bebida diga en su etiqueta que es de marihuana. Este caso también provocaría protestas entre los más conservadores para que se prohiba su comercialización.