LOS ANGELES, EFE.- A la hora de convertirse en Miss Universo, además de la belleza que aúna a las 80 participantes que compiten el próximo 23 de julio por la corona, las aspirantes hispanas cuentan con un arma común: el idioma.
Las latinas tenemos una hermandad muy grande, confesó a EFE Miss Chile, Belén Montilla.
Está claro que todas son muy guapas y que aún nos queda mucho que trabajar pero entre las hispanas nos hemos sabido complementar mucho, añade exultante de participar en esta competición anual que en esta ocasión se celebra en Los Angeles.
La ciudad significa también mucho para las candidatas hispanas, en especial para Nuestra Belleza México 2005, Priscila Perales.
La joven de Monterrey de 23 años se siente como en casa en la ciudad con mayor número de mexicanos fuera de México y con un alcalde, Antonio Villaraigosa, oriundo de su país.
Cada vez que me cruzo con mis compatriotas me echan porras y besos, detalla de los cumplidos recibidos aunque sin especificar si Villaraigosa estuvo entre los aduladores.
A ninguna de estas chicas le queda tiempo para entrar en detalles, en medio de una apretada agenda como la de Miss Paraguay, Lourdes Arévalos, de 22 años.
Se pasa el día de ensayos coreográficos a prácticas de pasarela, entrevistas o visitas a instituciones culturales donde lucir su don de gentes y su arte en el vestir y en el maquillaje.
Jornadas donde, según Miss República Dominicana, Mia Taveras, se lucha duro para hacer realidad el sueño de toda niña.
Ella aún guarda la corona de plástico que utilizaba de pequeña para hacer de reina y Perales tiene vivos sus recuerdos de infancia, cuando se vestían de reina y bailaban con música delante del espejo con su prima Natalia.
El primer indicio de cómo me interesaba tener una voz y de lo a gusto que me siento ahora que mi presencia tiene un peso, afirma la mexicana decidida a devolver la corona de Miss Universo a México después de 15 años de ausencia.
Para eso se tendrá que imponer sobre muchas contendientes, todas ellas con el mismo sueño aunque cada una con un arma propia.
Miss España, Elizabeth Reyes, dice que la suya es la humildad.
Miss Ecuador, Katty López, confía en la seguridad que tiene en sí misma y en un régimen donde come sano, hace mucho ejercicio y bebe mucha agua.
Magali Romitelli confía en su vitalidad para convertir su título de Miss Argentina en algo más y aunque gracias a su metabolismo dice que puede darse el gusto de vez en cuando y no engordar, estos días habrá que privarse un poco y ser bellas.
Aunque intentarán no ser bellas ninguna podría porque como afirma Miss Bolivia, Desiré Durán, no es la ropa ni el maquillaje, lo importante es lo que llevas dentro.