Las calles de la adulonería

Las calles de la adulonería

Los nombres con que han sido bautizadas numerosas calles de la ciudad van en relación directa a la adulonería de determinados personajes para complacer a políticos de turno, en donde los beneficiados pertenecían al círculo de íntimo de quienes deseaban agradarlos.

En la dictadura de Trujillo, el aluvión de nombres de calles y avenidas con los nombres del dictador y sus familiares, nos abrumaban a todos y con la inconformidad íntima de no poder demostrarla. Desaparecida la dictadura, se arreció la costumbre de bautizar con nombres de los héroes del momento, para luego continuar con los nombres de los parientes y amigos de aquellos políticos que disfrutaron del poder y buscaban perpetuar esos nombres.

EI colmo de esa adulonería, para agradar en vida a un líder, como lo fue el doctor Joaquín Balaguer, lo escenificaron quienes fueron los responsables de la construcción de la urbanización de EI Millón, que en un alarde de idolatría a su líder, decidieron bautizar las calles de esa moderna urbanización con todas las obras construidas durante el período de 1966 a 1978.

En la mencionada urbanización las calles se bautizaron con nombres muy pintorescos como Repoblación Forestal, Pidagro, XII Juegos, Cruzada del Amor o de Acueductos Rurales que, si bien fueron aceptados aquella vez en la década del 70, es ahora cuando las autoridades peledeístas pretenden erradicar esos nombres, por lo cual han encontrado un rechazo de los moradores acostumbrados a esa aberración en la nomenclatura de las calles.

Si se fuera a realizar una rectificación honesta e imparcial con el nombre de las calles, nos daríamos cuenta que las veces cuando el PRD ha sido gobierno nacional o municipal, le ha encantado bautizar con el nombre de sus dirigentes fallecidos, cuyo único mérito fue de ser grandes activistas de su partido y financiadores, aportando poco al país o las comunidades de donde eran oriundos.

Los reformistas, aparte del colmo de ser limpia sacos con los nombres de las calles de EI Millón, también tuvieron sus notables acciones particulares de halagar a los que, por diligencias de familiares y amigos agradecidos, lograron que colgaran en los postes de luz el nombre de personajes sin los méritos para ser distinguidos con sus nombres de calles de la capital o de los pueblos dominicanos, como lo que se trata de hacer con la Avenida Máximo Gómez.

Lo delicado de esta maniobra de las autoridades culturales peledeístas, contando con la anuencia de las autoridades del cabildo del Distrito Nacional, de borrar los nombres de EI Millón, es que pretendan, en la etapa oficialista de su poder, asignarle a las calles los nombres de sus notables ya fallecidos, los cuales no abundan. Su membresía más descollante está viva y activa con excepciones que están en un sitial muy querido en la colectividad.

La práctica con el nombre de las calles se extiende como una costumbre a los ayuntamientos del país, en donde hay designaciones muy meritorias, pero otras van de acuerdo con los políticos del partido que tenga el control del cabildo, para honrar a quienes en su vida no fueron tan meritorios como  pretenden presentarlos sus apologistas, empeñados en reconocerles una nombradía que en vida nunca alcanzaron.

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