SANTIAGO.- Las inundaciones ocurridas esta semana en las calles y avenidas de esta ciudad, que además afectaron las viviendas y comercios de decenas de personas y provocaron daños en los hospitales José María Cabral y Báez y el infantil Arturo Grullón, pusieron en evidencia un problema que por muchos años, no ha sido enfrentado con responsabilidad por las autoridades locales.

El fuerte aguacero que cayó el pasado martes provocó taponamientos de las tuberías de drenajes de las calles debido al cúmulo de basura que fue arrastrada por las aguas, según explicó la Oficina Supervisora de Obras del Estado (Oisoe).

Una de las debilidades de la administración del alcalde Gilberto Serulle ha sido no enfrentar con responsabilidad y de manera constante los problemas de la basura y la ineficiencia por parte de las empresas recolectoras.

De manera que su gestión no ha podido conjurar los problemas del aseo de la ciudad de Santiago.

Esta es una tarea que el alcalde electo, Abel Martínez, tendrá que enfrentar.

Ayer, en un recorrido realizado por reporteros de este diario, se observó cúmulos de basuras en las calles y avenidas de los sectores de la zona Sur como Pequín, Los Jazmines, Nibaje, en tanto que, en las calles circundantes del hospital Cabral y Báez los vertederos improvisados fueron quitados y había cierta limpieza.

En barrios de la zona Norte como el Libertad, Espaillat y Bermúdez, y barrios que componen el populoso sector de Cienfuegos, había mucha basura en las calles que obstaculizaba el paso de vehículos y peatones, así como el drenaje. Algunos ciudadanos lanzan los desperdicios a la calle.