Las cañadas y los supermercados. En los últimos días han caído aguaceros torrenciales en que han hecho de las calles de Santo Domingo, improvisados ríos los cuales han causado serios inconvenientes en el tráfico vehicular, ya que han sido múltiples los vehículos de gasolina que se han visto obligados a ser remolcados, para ser despejadas las vías públicas.
De seguro, Guajimía es la cañada más famosa del Gran Santo Domingo, la cual hasta ha sido visitada por el presidente Abinader, quien ha prometido la realización de la segunda etapa de recuperación, mediante su encauzamiento para evitar desbordamientos peligrosos que han anegado humildes viviendas propiciadas por el gran caudal de las avenidas. Hasta un hecho de valentía histórico aconteció, cuando una madre se lanzó a las embravecidas aguas para salvar a su hijo, un menor de cuatro años, quien de no haberse socorrido a tiempo, hubiese perecido irremediablemente.
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En fotografías que aparecen en la prensa, se puede inferir que la mayoría de la basura que arrastran las cañadas, está constituida por objetos plásticos (vasos y fundas), los cuales, al ser tan livianos, van a parar en los ríos Ozama e Isabela, si provienen de la parte Este de la ciudad, si vienen del Sur, en el río Haina. Ahora bien, existen también arroyos y escorrentías en el Gran Santo Domingo, que también aportan su cuota parte. Resultados, tanto el Placer de los Estudios como la playa de Güibia, quedan contaminadas por los sólidos.
¿Cuál es la razón para que esto ocurra?
El problema principal lo constituyen los barrios marginados, que al no tener calles amplias, los camiones compactadores no pueden llevar a cabo su labor de recogida de desechos sólidos. Por ese motivo, los moradores improvisan vertederos a cielo abierto, lo cual facilita que la misma sea acarreada hacia las cañadas.
En un trabajo que mereció una extensa investigación, el periodista Adalberto de la Rosa escudriñó y señaló más de 54 cañadas, a la vez que cuantificaba que más de 1,800 toneladas de residuos sólidos finalizaron en los ríos Ozama e Isabela durante la tormenta Beryl el 10 de junio de 2018.
¿Cómo podría evitarse este desastre?
En España, para poner un país como ejemplo, las grandes tiendas, los supermercados y hasta las distribuidoras que tienen sus puntos de venta en el Merca-Madrid, incentivan a los usuarios que previamente han obtenido bolsas de tela para las compras, con un 5% del valor de la misma, o proceden a donarles las bolsas, la cual es reusable para compras futuras.
En nuestro país, este ejemplo lo podrían adoptar, grandes centros comerciales tales como La Sirena, Carrefour, Bravo, Plaza Lama, Casa Cuesta, El Nacional, Almacenes Unidos, Price Smart, Down Town, Jumbo y otros. Por supuesto, al ser las bolsas reusables, solo se otorgarían la primera vez, teniendo el usuario el cuidado de no perderla y llevarla en su próxima compra.
En contra de esta práctica se argumenta que los compradores son sumamente desorganizados y se olvidarían de llevarlas a sus próximas compras, por lo cual, al no tener ese aditamento, se volvería a empaquetar la compra en bolsas de plástico.
Somos de opinión, que la alcaldesa del Distrito Nacional podría lanzar esta iniciativa y suministrar dichas bolsas con una promoción que diga: “Donada por la Alcaldía del Distrito Nacional”. Este ejemplo de seguro será copiado por otras alcaldías e instituciones que tienen que utilizar envases muy a menudo.