Las caras de una misma moneda

Las caras de una misma moneda

En  dura crítica al dictar una charla ante exportadores, el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, se refirió a los consumos conspicuos de empresarios que lejos de ahorrar viajan en “trulla”, en “primera clase” a esquiar y cazar, al tiempo que cuestionan al Gobierno por sus gastos y falta de austeridad. La alarma imprecisa del reconocido economista se equipara en intensidad a lo que de continuo se reprocha al Estado porque en los últimos años se desbordó en la creación de plazas diplomáticas y consulares en números que sobrepasan  las nóminas de gobiernos de países ricos. Un Estado que además innovó con desparpajo (a costa de los contribuyentes, no de los ingresos privados) en asignación de sueldos y gastos de representación impresionantes  y que ha dotado al país de burocracias altas y bajas y súper numerarias  que contrastan con las precariedades en los sectores de  Salud y la Educación. Urge austeridad.

En el mismo acto en que Valdez Albizu se pronunció, resonó también en voz de un dirigente empresarial la crítica que con más insistencia se formula al sistema financiero: que en la República Dominicana es más fácil conseguir un préstamo para adquirir un automóvil que un crédito para instalar o ampliar industrias. El  ahorro nacional -bajo la égida de las presentes autoridades- es orientado de manera más expedita hacia  el consumo pródigo y la adquisición de bienes personales que para respaldar el desarrollo y el crecimiento que los tiempos exigen.

Tratar con rigor a los  transportistas

Los gobiernos de todos los tiempos han fracasado en su asistencia generosa a operadores del transporte de pasajeros mediante exenciones y avales que no se tradujeron  en mejoría de  servicios y que involucraron miles de millones de pesos que tuvo que pagar el contribuyente. A los choferes públicos se teme como el  Diablo a la cruz. Se les ve como resortes de intransigencias con capacidad para paralizar y desordenar ciudades. Algunas entidades que les representan han sido descritas en ocasiones como “dueñas del país”.

Por esta vez en que, efectivamente, el transporte es un área sensible para los propósitos de ahorrar carburantes y garantizar la sostenibilidad sin alzas desmesuradas de los pasajes,  al Gobier- no no se le debe ir la mano sometiéndose a las aspiraciones de los “empresarios” del volante. No debe cederse ante ellos si no garantizan un beneficio a la sociedad.

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