Las cárceles por dentro

Las cárceles por dentro

POR FERNANDO ALVAREZ BOGAERT
Los prisioneros que se encuentran en las cárceles suman alrededor de 12,725, según el informe de la Dirección de Prisiones, hasta el mes de Marzo del presente año. De esto el 57% son preventivos. Los son por las deficiencias institucionales y la falta de autoridad que prevalece en la nación. Según los resultados de un seminario realizado en el país sobre presos preventivo, muchos dominicanos piensan que el “preso no es gente” por eso, a este tema la población, en sentido general, le ha dado tan poca importancia a este tema.

La sobrepoblación en las cárceles es uno de los tantos problemas, las cuales fueron construidas para menos reclusos y hoy todas están por encima de su capacidad. Como consecuencia de esta realidad, en el país han muerto cientos de presos en motines en los que usaron armas blancas y de fuero. Solo cuando ocurre un hecho de esta naturaleza es que pensamos en la rehabilitación de las cárceles cumpliendo una vez más el refrán: “solo ponemos candado en la puerta de la casa cuando nos roban”.   

Como ayudar a cambiar esta situación

La educación siempre deberá ser nuestro norte como nación, con ella lograremos salir de la pobreza económica y espiritual en que vive nuestra gente. La cárcel puede ser un buen espacio para reeducar a los individuos que delinquen para que se integren a la sociedad ofreciéndoles nuevas oportunidades, para que se encuentren consigo mismos y adopten las normas sociales que establece la sociedad.

Este proceso implica el reconocimiento de la culpa de parte de quién será rehabilitado y así se pueda reconocer el arrepentimiento e iniciar sinceramente, su proceso de reincersión de nuevo en la sociedad, sin resentimiento. San Pablo nos dice: “…donde abundó el pecado sobreabundó la gracia…” (Rom. 5,20). Es que las acciones salvadoras de Jesús siempre deben estar presentes, en todas las situaciones de nuestra vida.

Mujer, participación y violencia en la sociedad dominicana

A pesar de que cada día avanzamos en la integración de la mujer dominicana a los diferentes quehaceres de la vida nacional, su participación está permeada por una cultura patriarcal que la hace a ella misma responsable de las condiciones de desigualdad en las que vive. Las mujeres son el 52% del electorado, sin embargo, no están representadas en los más importantes mecanismos de decisión del país en la misma proporción.

La violencia contra la mujer ocupó el número uno (21.3%) del total de entre 11,279 denuncias que desde octubre 2005 hasta abril 2006 se recibieron en las 11 fiscalías barriales del Distrito Nacional. Estas fiscalías, creadas en el 2004, reciben 343 denuncias de violencias contra la mujer cada mes, es decir, 11 casos al día (Fuente: Semanario Clave Digital, año 1, No. 11.25 de Mayo 2006, Pag. 24-25, Rep. Dom.)

La mujeres de las ciudades son más proclives a ser agredidas (24.8%) si son comparadas con aquellas residentes en la zona rural (21.9%). Según las estadísticas, las agresiones vienen de la casa. Las causas están asociadas con un tipo de cultura patriarcal, abuso de poder derivado de lo económico y comportamiento aprendido en el seno familiar. (ENDESA 2002).

La participación de la mujer sigue siendo mayoritaria en espacio y mecanismo de participación social. En las organizaciones de la sociedad civil 37% son mujeres y en partidos políticos, el 16% (DEMOS 2004).

En la UASD, de 158,537 alumnos a nivel nacional 104,020 (66%) son mujeres y 54,514 (34%), hombres. (Estadística OPLAU-UASD, 2006).

Nuestras mujeres deben jugar el papel que la sociedad le tiene reservado, son la reserva que garantiza el porvenir de la nación. Eso podemos observarlo cada día. Sus luchas constantes en el hogar, en el ejercicio de sus funciones desde las más humildes hasta las más altas posiciones en la sociedad. La Reina Elizabeth I en un momento trascendental durante su gobierno en Inglaterra (año 1558 cuando se enfrentó y venció a la armada de España) pronunció una frase que la podemos considerar como legado al momento de resaltar las cualidades de la mujer:

“Tengo el cuerpo débil de mujer pero tengo el corazón de un rey”

Mitos y estereotipos de la violencia

La fuerza que tienen las ideas en la conciencia de las personas llega a tal nivel que muchas victimas de violencia la ven como algo natural, innato al ser humano. Esta se da en todos los estratos sociales. Es una conducta aprendida a partir de modelos familiares y sociales que la ven moco un recurso válido para resolver conflictos. En el caso de las mujeres de escasos recursos económicos son más visibles los casos de violencia debido a que estas buscan ayudas en entidades públicas y son las que figuran en las estadísticas. Ellas tienen menos problemas para hablar de su situación, a la que muchas veces consideran normal.

Las mujeres con mayores recursos buscan apoyo en el ámbito privado. Cuanto mayor es el nivel socioeconómico de la victima mayores son sus dificultades para develar el problema. Sin embargo, se debe apuntar que la falta de recursos es un factor de riesgo ya que implica un mayor aislamiento social.

Cuando la violencia en una familia ha sido el modelo de resolución de conflictos interpersonales y ha ejercido el efecto de normalización de la violencia. La recurrencia a tales conductas percibidas a lo largo de la vida, la ha convertido en algo corriente, a tal punto que muchas victimas no son conscientes del maltrato que sufren y muchos agresores no comprenden el daño que ocasionan.

Peligro aumento de la conducta agresiva

La atención a una persona agresiva es fundamental para romper el ciclo de violencia y evitar su reincidencia, debido a que si bien él se puede separar de la persona a quien agrede, esta conducta la va a reproducir con otra persona. Esto significa que el proceso de rehabilitación debe comprender tanto a agresores como a victimas. La persona que ha experimentado un evento de violencia intrafamiliar, sufre un estado emocional de crisis, el cual debe ser tratado y atendido por especialistas.

Cualquiera de nosotros puede estar ejerciendo violencia inconscientemente. La mejor forma de saber si estamos siendo agresores de alguien es utilizando nuestra capacidad de empatía y nuestra humildad para ponernos en el lugar de la otra persona y/o familiares que nos rodean y analizar nuestra conducta frente a ellos.

Familia y sociedad

La familia dominicana no está desempeñando su papel como grupo social primario o encargado de inculcar en los niños hábitos, sentimientos, valores y conductas. Ya no somos capaces de desarrollar afectos que permitan valorar el socorro mutuo y la ayuda al prójimo.

La desunión de la familia dominicana no permite asegurarle a los hijos, como integrantes de la misma, la estabilidad emocional, social y económica para que puedan los hijos a la vez dar en el futuro amor, cariño y protección. Es allí donde debemos transmitir los valores culturales a las nuevas generaciones y empecemos a preparar a nuestros hijos para la vida adulta para que se integren a la sociedad y aprendan a dialogar, escuchar, conocer y desarrollar los derechos y deberes como personas humanas.

Algunos segmentos de la televisión y políticas culturales

Cuando hablamos de políticas culturales, lo hacemos en aspectos relacionados con las tradiciones culturales: música, museos, artes, educación, etc.. Sin embargo, por omisión excluimos a los medios de comunicación. Algunos de éstos han dejado una laguna muy profunda en el terreno educativo del país que cada día genera un costo espiritual y, por otra parte, han provocado una enorme contradicción entre lo que se dice en la escuela, en la familia y lo que se destruye cognitiva y afectivamente a través de ellos.

En nuestro país, estamos expuestos a una especie de violencia por omisión: a través de la televisión. La difusión de su enorme gama de programas agresivos ha contribuido a crear un clima favorable para la expansión de la violencia al interior de nuestra sociedad. Ahora nos preguntamos: ¿Cuántas escenas violentas se están recibiendo en nuestros hogares dominicanos?, ¿Qué efectos están causando estas escenas sobre nuestra gente?, ¿Hasta dónde los índices de violencia urbana que vivimos en nuestros días han sido aprendidos por exposición en la televisión?

La televisión nos produce otro tipo de agresión que ha sido la espiritual, porque impone sobre la conciencia de nuestros jóvenes otro proyecto cultural distinto al que demanda nuestra población.

Medios de comunicación y familia

En nuestro país, que posee una extensión territorial pequeña existen más de 200 medios de comunicación, escritos, radiales y televisados. Esto nos dice que la cantidad de información buena o mala a la que estamos expuestos es bastante grande. ¿Cuántos padres y madres dominicanos tienen control del tipo de programas que ven sus hijos? Estos medios han pasado a jugar un rol preponderante en el proceso de socialización de nuestra gente por encima del papel que debe jugar la familia. En la actualidad, en muchos casos, son ellos quienes le hablan a nuestros hijos sexualidad, drogas y otros temas de interés general para la familia.

Hasta donde los procesos de modernización que se viven en el país están siendo aprovechados de manera productiva por nuestros jóvenes. El acceso a mucha información por diversos medios no garantiza necesariamente un proceso de apoderamiento racional.

Los medios de comunicación en nuestro país ocupan un papel central en el desarrollo de las mentalidades y sensibilidades; y en el desarrollo del país. La televisión se ha convertido en el sistema nervioso fundamental del avance o retroceso de nuestra cotidiana cultura nacional.

Cuando nos referimos a los medios de comunicación y su uso irracional de contenidos, lo hacemos con el firme propósito de llamar la atención, pues son a sus receptores a los que hemos denominado la materia prima fundamental del desarrollo de nuestra nación. No podemos, bajo ninguna circunstancia ante la confusión de la libertad y el libertinaje, que una parte de los medios de comunicación pervierta la PATRIA AMADA.

La Violencia:

Preámbulo de choques inevitables entre los dominicanos y nacionales haitianos

Mi paso por dos organismos importantes del país: la Secretaría de Estado de Agricultura del año 1966 al 1970 y El Consejo de Azúcar (CEA) del año 1970 al 1975-a mi salida la producción de azúcar era 50% más que a mi entrada, y nunca cogí dinero prestado- permiten que pueda recomendar (en la actualidad preparo un trabajo a fondo sobre el tema) la necesidad de que miremos hacia nuestros campos e incentivemos a nuestros hombres y mujeres a trabarlos con la pasión que en ese entonces existió.

Ha transcurrido el tiempo y nuestras zonas rurales han quedado despobladas, sus habitantes nativos han emigrado ocupando su lugar los nacionales haitianos. En mi pueblo natal de Mao he podido palpar como el número de nacionales haitianos es superior al de dominicanos en poblados rurales determinados. En lo que tiene que ver con el tema haitiano debo expresar que no es un asunto de color pues, tres de mis más queridos líderes son negros: Nelson Mandela, Martin Luther King y José Francisco Peña Gómez. Es que Nuestro país no puede resistir el peso que representa la migración masiva de haitianos.

Esta problemática debemos enfrentarla juntos, entender que no es cierto que los haitianos hacen la labor que el dominicano no hace; es que con responsabilidad debemos decir que el salario que se le ofrece a nuestros ciudadanos es ínfimo en relación con el que realmente debe recibir. Tomemos esta problemática como parte importante de los retos que le plantea la violencia al país, pues ella en esencia contribuye en la generación de violencia e inseguridad que vivimos hoy en los campos de nuestra nación.

Estoy convencido de las potencialidades que poseemos como nación. Es el momento donde todos, autoridades, dirigentes empresariales, sociales, políticos, y ciudadanos independientes. Debemos unir esfuerzos para poder sobreponernos a las adversidades del exterior que puedan o no llegar.

Dominicanos: el ejemplo más adecuado para expresar las posibilidades que presentamos como nación nos la resume la acción que tomó ese icono de la libertad, Nelson Mandela cuando al salir de una cárcel en durante 27 años, decidió que Sudáfrica era superior a cualquier reyerta personal por grande que fuera. Planteó un gobierno de unidad nacional con los blancos racistas de esa nación que lo encarcelaron y eso ocurrió, evitándole a Sudáfrica una guerra civil.

En su toma de posesión el 10 de mayo 1994, como presidente electo de ese país, pronunció uno de los discursos más cortos y más bello de la humanidad:

“Nuestro temor más profundo no es que somos meramente idóneos.

Nuestro temor más profundo es que tenemos poder más allá de toda medida.

Es nuestra luz, o nuestras tinieblas, lo que nos atemoriza.

Nos preguntamos, ¿quién soy para ser brillante, maravilloso, talentoso y fabuloso?.

En realidad, ¿quién eres para no serlo?

Sois los niños de Dios.

Si actuáis de forma pequeña de nada le sirven al mundo.

No es un acto iluminado encogerse para que las otras personas a vuestro alrededor no se sientan inseguras.

Hemos nacido para manifestar la gloria de Dios que se halla en nosotros.

No en algunos de nosotros; está en todos.

Y, cuando permitimos que nuestra propia luz brille, inconscientemente le damos permiso a la otra gente para que haga lo mismo.

A medida que nos liberamos de nuestro propio temor, nuestra presencia automáticamente libera a los demás”.

Este discurso retrata la acción que debemos tomar todos los ciudadanos de América Latina. Es necesaria la reconciliación de todos los sectores económicos, sociales y políticos del país. Se necesita dotar, a todos los ciudadanos marginados, de un sentido profundo de apoderamiento. Porque el apoderamiento de todos los ciudadanos es lo que permite mantener una nación movilizada par enfrentar los problemas internos y externos. Hay que hacer lo que hizo Nelson Mandela, no solo en discursos, sino en acciones.

Con profunda humildad y respeto hacia la Patria Amada me gustaría finalizar con el saludo que intercambiaban la mayor parte de los estudiantes del Liceo Ulises Francisco Espaillat -del 1955-1959- y exclamar también:

¡Mañana la libertad!

Fuentes
1. Archivo de:

a) The Financial Times
b) The Economist de Londres
c) The New York Times
d) The Wall Street Journal
e) The Washington Post
e) Business Week
f) Bloomberg
g) Foreing Affains
h) Foreing Policy
i) McKinsey Report
j) Fondo Monetario Internacional
k) Organización de Desarrollo Europea (OECD)
l) The Journal of Economic Perspect
ll) Washington Quaterly

2. Publicaciones de:

a) El Fondo Monetario Internacional
b) El Banco Central Europeo
c) La Secretaría del Tesoro Americano
d) Morgan Stanley
e) Reserva Federal Americana
f) Banco de Desarrollo Asiático
g) Daily’s People de China. Web en inglés
h) Ministro de Finanzas China. Web. En inglés
i) Instituto Internacional de Washington

Publicaciones Relacionadas

Más leídas