Las caretas, mezcla de tradiciones y costumbres europeas

Las caretas, mezcla de tradiciones y costumbres europeas

LA VEGA. El aspecto diablesco que exhibe la careta del Diablo Cojuelo de La Vega es una mezcla de diferentes manifestaciones y con influencias también de la cultura europea.

Según el caretero José Lantigua Cruz, mejor conocido como Bule, y quien además este año es el rey del carnaval de la ciudad de Santo Domingo, la careta del diablo de La Vega o del “Diablo Cojuelo” tiene características muy especiales que las hacen muy diferentes a las demás.

De acuerdo a Bule, quien diseña y construye caretas a grupos en particular, ésta posee una cara de carácter europeo, alargada, con rasgos muy parecidos al diablo tanto italiano como español.

Además posee una barba similar a la del chivo o macho cabrío, orejas puntiagudas, nariz aguileña y ojos un poco alargados.

La influencia del macho cabrío en la careta del Diablo Cojuelo de La Vega, es el símbolo de lo que es la representación misma del diablo de España.

Con los cambios, esta careta considerada la tradicional, también ha sufrido sus modificaciones y los grupos, previo a sugerencias y consideraciones, han hecho también sus trabajos para modernizarlas, si se quiere el aspecto de éstas, aunque se mantiene su línea diablesca original.

[b]El traje de los Diablos Cojuelos es sinónimo de tradición pueblerina[/b]

Los multicolores trajes con que se visten los famosos Diablos Cojuelos cada domingo de carnaval en la ciudad de La Vega son una representación primaria de lo que es el sentir del pueblo que vive su tradición.

Según personas consultadas por este medio, el traje está íntimamente ligado a las diferentes manifestaciones de este tipo de festividades que no son más que las fiestas carnavalescas.

Francisco Torres Petitón, estudioso de este carnaval, asegura que el vestuario de los llamados Diablos Cojuelos ha ido evolucionando para el deleite de quienes disfrutan de estas tradicionales fiestas.

Este carnaval dice, “arrancó con un disfraz que todavía hoy día algunos grupos mantienen en sus líneas, que es un traje esencialmente europeo, con mezcla del italiano”.

El pantalón que usan los diablos, en lugar de terminar en la rodilla ajustado, llega hasta los tobillos y terminado en pico, una camisa o jugón (camisa que utilizaba el plebeyo en el medioevo), con ajuste en la cintura y en el puño, y con una faldilla detrás.

Además llevaba una capa que originalmente era corta, con un capirote (capuchón que todavía es usada por los frailes de la orden de San Agustín) que es lo que hoy día se le llama galacha, que además utilizaba el plebeyo.

Había una diferencia entre el plebeyo y el noble y era que el segundo podía usar el capirote con una capa hasta el tobillo ya que no podía usar sombrero, mientras que el segundo lo usaba hasta las nalgas.

Dentro del vestuario también se llevan unos adornos para dar el sonido, a los cuales se les llama cascabel, que tienen colores amarillo y “colorao” y representan una llama de fuego, de ahí “ese diablo está pintao de amarillo y colorao” y personifican a través de esta representación al demonio.

Con los cambios del tiempo se han ido buscando nuevas modalidades diablescas, monstruosas, además de la misma necesidad de los grupos de contar con más brillo, vistosidad y belleza.

Cada grupo guarda un celo especial para de esta manera crear impacto a la hora de la salida hacia las calles, y si por casualidad el que confecciona los mismos dice algo, pues inmediatamente a éste se le tiene como una persona indiscreta y cae en el descrédito de los demás grupos, es decir, en descrédito total.

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