Las casualidades de mis causales

Las casualidades de mis causales

Eusebio Rivera Almodóvar

Sobre las controversiales “tres causales” para oponerse o favorecer un aborto, me permito transcribir unos párrafos del libro “Mis días de frío” primogénito que publiqué en el 1980:
“La responsabilidad del embarazo, parto y cuidado de los niños es compartida por los cónyuges, pero nadie niega que está sobrecargada hacia la mujer.

Los hombres no somos los más indicados para decidir sobre la conveniencia o no de mantener un embarazo, tener un parto y cuidar un niño.

En este sentido es emocionante escuchar a algunas madres (con un noble sentido de maternidad y no por temor al aborto) decir por ejemplo: Yo trato de no quedar embarazada, pero si quedo, no me lo saco por nada ni nadie. ¿Qué me importa la sociedad? Yo no mato a un hijo mío.

De igual manera resulta dramático apreciar de qué forma tan enérgica algunas mujeres rechazan la idea de llevar a término un embarazo, al extremo de decir: el que no se quiera joder, que no me caiga adentro.

Entonces son las mujeres las que deciden y decidirán siempre sobre la conveniencia o perjuicio de un aborto, porque, en definitiva, su actitud es radical a favor o en contra del mismo, ya que parir y sus consecuencias son patrimonio femenino”.

¡Qué casualidad! 40 años después, la mayoría de los que tocan el tema coinciden conmigo en que la mujer tuvo, tiene y tendrá la última palabra sobre la posibilidad de abortar y parecen alinearse en un “déjenla decidir” que sugerí en “Mis días de frío: memorias de un médico en pasantía” y lo penoso es que tardaran tanto para entender algo tan elemental.

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